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Miércoles 24 Abril, 2024 23:20

El Especial de la Noche

Con Juan Carlos Goñi
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INTERES GENERAL

Extendieron la prisión preventiva para el agresor de su ex pareja

El ultimo de tanto hechos de violencia a los que fue sometida Lorena Ledesma sucedió el 20 de noviembre de 2020. La mujer había decidido terminar la relación y huyó junto a sus hijos desde Rafaela en Tostado. Con engaños de querer despedirse de los niños, el individuo apareció en nuestra ciudad. Después de un regreso lleno de promesas volvieron los golpes hasta que echado de la casa, entró para dejarla inconsciente en el patio donde fue encontrada por sus hijos. El individuo había huido y se refugió en Logroño donde fue reconocido por un kiosquero cuando llegó para comprar una cerveza. El juez extendió la prisión preventiva. Lorena continúa con los tratamientos por las secuelas de los golpes que recibió.

Lorena Ledesma tiene 25 años y tres hijos. Ella nació en Gato Colorado, departamento 9 de Julio, vivió en Logroño, Tostado y luego en Rafaela. En nuestra ciudad fue donde comenzó la relación con su expareja en el mes de julio del 2019. Pasó solamente un mes para que comience a tener actitudes violentas. “En agosto, comenzó a violentarme. A los días volvimos y prometió que no iba a pasar más, pero siguió golpeándome», explicó Lorena en Radio Rafaela.

La situación fue empeorando y cualquier cosa que hacia la joven era una molestia para él: «No me permitía que tenga celular, ni que pueda pasar un día con mis hijos en la plaza como lo hacía siempre. No me dejaba recibir visitas y muchos menos ver a mi familia. A mi hermana, que vivía cerca de mi casa, me dejaba hablarle por la ventana solamente».

“Desde sacar la basura hasta ir al quiosco sin su permiso ya era motivo para que me pegara».

«Trataba de evitar que mi hijo me viera cuando me golpeaba. El padre de mis hijos me pregunto si pasaba algo o si necesitaba ayuda, yo me negué en ese momento por miedo», dijo la joven.

En septiembre del año pasado Lorena se fue de la casa. Para ese momento, el agresor había sido denunciado tres veces por parte de la joven, pero “ahora me enteré que solamente hay dos denuncias asentadas. Parece ser que la Comisaria Nº13 no me la tomó”, señaló

“Tenía miedo de que me matara, varias veces me amenazó. Hasta el día de hoy tengo miedo de que me mate».

Excusas y engaños

Según lo que contó la víctima, en octubre se juntaron nuevamente porque su expareja lloraba y pedía disculpas: “Me decía que ya no sabía qué hacer, que se sentía perdido, que había renunciado al trabajo y que se iba a ir de Rafaela, por eso me pedía despedirse de los chicos porque él decía que los quería mucho”.

Esa vez pasó el fin de semana en que estuvieron conviviendo en la misma casa. “Era mentira que se iba a ir de Rafaela, inventó todo para poder venir”, expresó.

Ya en noviembre, volvieron a convivir un fin de semana, pero esta vez al agresor se le rompió el auto, lo que fue una excusa perfecta para seguir más tiempo en donde vivía Lorena. “La semana la empecé normalmente con mi rutina y ahí fue cuando se volvió totalmente loco. Estuvimos toda la semana discutiendo porque le molestaban las actividades que yo hacía. Le molestaba todo lo que era mi vida”, manifestó la joven.

Al borde de la muerte

El viernes 20 de noviembre ocurrió el episodio más grave. Cansada de los golpes, de las discusiones y de la violencia que ejercía su expareja, Lorena le pidió que se vaya de la casa. “Él reaccionó de forma violenta y no me hacía caso. Me dijo que no se iba a ir, que iba a hacer lo que él quería, me empezó a decir de todo frente a los chicos. No le importaba nada”, detalló Lorena.

Fue así que, cuando estaban discutiendo, salió al patio y detrás era perseguida por su expareja que iba insultándola. “Le dije que no me toque a lo que reaccionó peor porque me dijo que me iba a tocar todo lo que él quería, que yo no era nadie para decir lo que él tenía que hacer”.

«En ese momento, recuerdo que me dio dos rodillazos en la parte de la pelvis, yo me arrodillé del dolor y sentí como un aturdimiento y ahí no recuerdo más nada. Me dejó inconsciente, tirada en el patio, y se fue».

Luego del ataque, el agresor agarró un bolso con pertenencias y se retiró. Mientras tanto, uno de los hijos de Lorena, se acercó al patio y se encontró con un escenario terrorífico. Su madre estaba en el piso inconsciente. Inmediatamente fue a la casa de su tía, que está en el mismo terreno donde sucedió el hecho, y alertó sobre la escena que había visto».

Lorena Ledesma tiene 25 años y tres hijos. Ella nació en Gato Colorado, departamento 9 de Julio, vivió en Logroño, Tostado y luego en Rafaela. En nuestra ciudad fue donde comenzó la relación con su expareja en el mes de julio del 2019. Pasó solamente un mes para que comience a tener actitudes violentas. “En agosto, comenzó a violentarme. A los días volvimos y prometió que no iba a pasar más, pero siguió golpeándome», explicó Lorena en Radio Rafaela.

La situación fue empeorando y cualquier cosa que hacia la joven era una molestia para él: «No me permitía que tenga celular, ni que pueda pasar un día con mis hijos en la plaza como lo hacía siempre. No me dejaba recibir visitas y muchos menos ver a mi familia. A mi hermana, que vivía cerca de mi casa, me dejaba hablarle por la ventana solamente».

“Desde sacar la basura hasta ir al quiosco sin su permiso ya era motivo para que me pegara».

«Trataba de evitar que mi hijo me viera cuando me golpeaba. El padre de mis hijos me pregunto si pasaba algo o si necesitaba ayuda, yo me negué en ese momento por miedo», dijo la joven.

En septiembre del año pasado Lorena se fue de la casa. Para ese momento, el agresor había sido denunciado tres veces por parte de la joven, pero “ahora me enteré que solamente hay dos denuncias asentadas. Parece ser que la Comisaria Nº13 no me la tomó”, señaló

“Tenía miedo de que me matara, varias veces me amenazó. Hasta el día de hoy tengo miedo de que me mate».

Excusas y engaños

Según lo que contó la víctima, en octubre se juntaron nuevamente porque su expareja lloraba y pedía disculpas: “Me decía que ya no sabía qué hacer, que se sentía perdido, que había renunciado al trabajo y que se iba a ir de Rafaela, por eso me pedía despedirse de los chicos porque él decía que los quería mucho”.

Esa vez pasó el fin de semana en que estuvieron conviviendo en la misma casa. “Era mentira que se iba a ir de Rafaela, inventó todo para poder venir”, expresó.

Ya en noviembre, volvieron a convivir un fin de semana, pero esta vez al agresor se le rompió el auto, lo que fue una excusa perfecta para seguir más tiempo en donde vivía Lorena. “La semana la empecé normalmente con mi rutina y ahí fue cuando se volvió totalmente loco. Estuvimos toda la semana discutiendo porque le molestaban las actividades que yo hacía. Le molestaba todo lo que era mi vida”, manifestó la joven.

Al borde de la muerte

El viernes 20 de noviembre ocurrió el episodio más grave. Cansada de los golpes, de las discusiones y de la violencia que ejercía su expareja, Lorena le pidió que se vaya de la casa. “Él reaccionó de forma violenta y no me hacía caso. Me dijo que no se iba a ir, que iba a hacer lo que él quería, me empezó a decir de todo frente a los chicos. No le importaba nada”, detalló Lorena.

Fue así que, cuando estaban discutiendo, salió al patio y detrás era perseguida por su expareja que iba insultándola. “Le dije que no me toque a lo que reaccionó peor porque me dijo que me iba a tocar todo lo que él quería, que yo no era nadie para decir lo que él tenía que hacer”.

«En ese momento, recuerdo que me dio dos rodillazos en la parte de la pelvis, yo me arrodillé del dolor y sentí como un aturdimiento y ahí no recuerdo más nada. Me dejó inconsciente, tirada en el patio, y se fue».

Luego del ataque, el agresor agarró un bolso con pertenencias y se retiró. Mientras tanto, uno de los hijos de Lorena, se acercó al patio y se encontró con un escenario terrorífico. Su madre estaba en el piso inconsciente. Inmediatamente fue a la casa de su tía, que está en el mismo terreno donde sucedió el hecho, y alertó sobre la escena que había visto».

FUENTE Radio Rafaela

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