Homenaje al periodismo tostadense
Por Carlos C. Claá *
Así como las fiestas son las excusas perfectas para reencontrarse, los aniversarios lo son para recordar y brindar homenajes. El siguiente es una distinción a aquellos que con arrojo, esfuerzo y tesón han realizado una labor por momentos no gratificante, muchas veces minimizada y, siempre, poco reconocida.
El periodismo vio la luz en Tostado en 1918, el mismo año en que fue inaugurado el diario El Litoral en Santa Fe. Habían pasado 27 años desde la fundación de la pujante aldea, cuando Camilo Acosta se decidió a crear el semanario El Pueblo. La iniciativa movilizó a Inocente Vázquez quien un año después, en 1919, fundó El Norte, periódico que perduró por más de tres décadas informando a los tostadenses.
Aún faltaban un par de años para que la radio desembarcara en Argentina, más de 30 para que apareciera la primera televisión y 77 para que el fenómeno de internet comenzara a comercializarse. Es decir, que aquellos periódicos que nacían en el pueblo eran la única forma de que los lugareños pudiesen conocer sus noticias, las de su provincia y de su país.
Como indica Nélida de Almada en el Libro del Centenario, durante aquellos años nació, también, el semanario La Tribuna, dirigido por Gregorio Valverde. Periódico que se fusionó en 1922 con El Norte, creando Ecos del Norte.
Posteriormente, aquella empresa informativa que había nacido en 1919 vuelve a independizarse y salir a la calle con su nombre original. El Norte estaría vigente hasta 1951, cuando su último director Justo Guzmán decidió mudarse de localidad y llevarse consigo la imprenta con la que por 34 años se había informado a los vecinos.
Mientras tanto, otras publicaciones daban variedad y alternativas a los tostadenses. En 1925 apareció Sarmiento, dirigida por Darío Busquetti –quien en 1938 dirigiría El Norte- y Francisco Román. En 1930 surgió Altamar y la revista Jueventud.
El 16 de agosto de 1930, 20 días antes de que en Buenos Aires se realizara el primer golpe de estado nacional, se imprimió por primera vez el periódico que más historia ha hecho y recorrido en Tostado. Fundado por José Galuppo, nacía La voz del pueblo.
Según relata Aldo Toledo al Nuevo Chasqui, “Don José llega a nuestro pueblo para cumplir el servicio obligatorio en el Regimiento 6 de Caballería, en el año 1910. El norte gana su corazón y decide quedarse”.
Desde su nacimiento, y por el transcurso de 43 años, la publicación fue realizada a través del sistema de tipografía, es decir, el trabajoso- y hoy impensado- armado de las páginas, letra por letra.
“Existía una consigna”, menciona Toledo –quien formó parte de aquel diario desde 1958 hasta 1973- “sea como sea, el periódico debía salir”. A pesar de las limitaciones técnicas o económicas, la pasión por la labor que realizaban, hacía que las noticias llegaran a la gente. Toledo completa con una anécdota: “En épocas de corte de luz o cuando surgían problemas con el motor de la imprenta Minerva, se imprimía a pedal”.
Luego de aquel suceso periodístico nació La voz del norte, fundada en 1978 por Rodolfo Dona y editado durante una década. En agosto de 1988 – y por el término de un año-, Élida Armando de Cagliero junto a Liliana Luiselle de Guntren publicaron Resúmen, “periódico ágil, objetivo e intérprete de las aspiraciones del lugar”, según refiere la explicación del Libro del Centenario.
A la fecha, la única expresión de prensa escrita que subsiste en la región, con valor y entereza, es El Nuevo Chasqui. El periódico, fundado en 1997 por Alberto Genovese, se distribuye cada domingo junto al diario provincial Uno, en el norte de Santa Fe.
A pesar del avance de la radio, la televisión e internet, el semanario sigue saliendo cada domingo. Más por el esfuerzo personal de aquellos quienes lo realizan y por el compromiso con los cientos de lectores que esperan recibirlo, que por cualquier otra razón.
La prensa escrita fue el primer medio de difusión de las noticias en la ciudad, como en la historia universal. Mientras Tostado acaba de cumplir 120 años desde su fundación, el periodismo local ha llegado a los 93.
Es por eso que, con motivo de su cumpleaños, es una buena ocasión para reconocer, también, el rol influyente que han tenido en la historia de la ciudad todos aquellos que se aventuraron en el periodismo.
En la actualidad es común sentir que prensa y negocio van de la mano. Que los periodistas han perdido objetividad, porque los medios no son más que voceros de cualquier grupo de poder y están atados a las empresas.
Pero cuando se habla de este periodismo, no se hace referencia a la labor sacrificada de los pueblos. Allí donde el informante es aquel que, como nos demuestra la historia tostadense, tiene afición, vocación y ganas; resigna tiempo y, probablemente, dinero, porque las noticias se propaguen por cada manzana de la ciudad.
Como alguna vez escribió Aldo Toledo sobre el diario en el que trabajó: “cada aparición era una batalla ganada”. Y, aún hoy, lo sigue siendo.
Y como el mismo Toledo resume, los periódicos prevalecen en el tiempo, “por el inmenso amor con que se realizan sus hojas y el hecho de saber que llevaban el pulso y el latir del corazón del pueblo”.
*Abogado, diplomado en Historia Política Argentina. Estudiante de Periodismo.