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Un año del brutal crimen de Daiana Altamiranda

El 15 de noviembre de 2015 desapareció. Cinco días más tarde un mensaje de texto reveló que fue asesinada y el lugar en donde el homicida descartó el cuerpo. La autopsia, limitada por el avanzado estado de descomposición estableció que la mataron de un golpe en el cabeza, en horas posteriores a su desaparición. Cámaras de videovigilancia, una camioneta con sangre, y una línea telefónica apuntan al primo de la menor como el probable autor del homicidio.

 

En un domingo por la noche, Daiana Rocío Altamiranda, de 17 años de edad, fue vista por última vez con vida, en zona de la represa ubicada en cercanías del barrio La Estrella. Allí testigos la ubicaron en una discusión con su novio, situación que lo ubicó como el primer sospechoso.
Operativos de búsqueda, rastrillajes, hipótesis y versiones, alimentaron la angustia con la que una familia aguardaba la aparición de la joven estudiante de la Escuela Agrotécnica Nº 300.
Con el transitar de los días, la desesperación aumentaba. Nada se sabía de la adolescente que soñaba con ser policía.
Finalmente, un mensaje de texto enviado a FM SOON revelaba el macabro final de Daiana. Había sido asesinada.
El aviso indicaba en detalle el lugar en el que abandonaron el cadáver. Una zona de monte, a unos 5 kilómetros de la localidad. Allí entre el pasto, tirado boca abajo estaba el cuerpo.
El avanzado estado de descomposición llevó al forense a determinar que el crimen se cometió en las primeras horas de la desaparición. Asimismo, fue concluyente al decir que quien la mató la golpeó con un elemento contundente en la cabeza. El cuerpo había sido arrastrado para ser oculto.
La investigación tuvo un giro abrupto cuando el novio de la menor fue liberado tras la apelación de la defensa que presentó una importante prueba: videos de las cámaras dispuestas en zona de la represa. Las imágenes llevaron a la justicia a poner el foco en el marido de la prima de Daiana -J. C. S. de 27 años de edad-, dedicado a fumigar campos, dentro de los cuales se encontraba el lindero en el que estaba el cuerpo.
Las  cámaras ubicaron la camioneta EcoSport color ladrillo  que manejaba el sujeto en el lugar y momento de la desaparición de la adolescente. El posterior secuestro y las pericias efectuadas en el habitáculo arrojaron que hubo sangre del lado del acompañante. En el medio, las contradicciones de las declaraciones del individuo que dijo que la sangre correspondía primero a una uña rota suya –no compatible con la cantidad encontrada- para luego decir que llevaba en el asiento delantero un animal faenado, aumentaron las sospechas en su contra y validaron para el juez la presunta autoría por lo que hasta la fecha continúa detenido.
La fiscalía sumó otro elemento en su contra: la línea telefónica de la que provino el mensaje revelador, fue vinculado al primo de Daiana, por lo que la representante del MPA aguarda arribar a un juicio con una pena que va desde los 8 a los 25 años
Un año del asesinato, un detenido, y un macabro motivo existente sólo en la mentalidad de un homicida, hasta ahora no revelado.

 

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