INFORME DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS 09/03/2012
Una reforma muy ambiciosa
La reforma a la carta orgánica del Banco Central trajo mucha polémica en los medios de opinión. Hay cosas buenas y malas, no hay que ser totalizadores, sin embargo, surge de la misma muchos objetivos, difíciles de cumplir al mismo tiempo. Los beneficios y perjuicios de la reforma.
El Banco Central Republica Argentina (BCRA) tiene reservas por 47.000 millones de dólares, que cubren la base monetaria (circulación monetaria más encajes de los bancos), sin embargo está lejos de cubrir los pasivos monetarios del ente rector. Dicho esto, también hay que aclarar que no hay país en el mundo, en el que las reservas igualen a la base monetaria, salvo aquellos países en donde exista convertibilidad.
Otra unidad de medida, podría ser que las reservas equivalen al 10% del PBI. Si nos comparamos con Brasil, sus reservas equivalen al 13,7% de su PBI. Si nos medimos con China, sus reservas equivalen al 48% de su PBI. Estos países han adoptado una política de acumulación de reservas, para poder enfrentar adversidades en los mercados mundiales si algo malo ocurre. Esto les sirvió de mucho, para poder tomar deuda en los mercados, y no correr riesgos de cesación de pago ante problemas como la crisis hipotecaria americana, la caída de bancos, los problemas de la deuda europea y tantos otros inconvenientes que se produjeron en los últimos años.
En conclusión, bajar el nivel de reservas no es malo, pero nos mostraría más débiles ante una crisis a escala global.
El segundo punto interesante, es en que utilizáremos las reservas. Si el objetivo es desendeudarnos para pagar menos tasa de interés, es un objetivo entendible y deseable. Esto traería dólares al país, y por ende el tipo de cambio no se descontrolaría. En cambio, si solicitamos liberar reservas para aplicarlos a una variable flujo y utilizamos a las reservas para financiar gasto corriente, esto no solo nos parece poco apropiado, sino que podría sentar las bases para una corrida cambiaria, que devaluaría fuertemente el signo monetario.
Por otro lado, nos parecen muy ambiciosos los objetivos a llevar adelante. La reforma propone dinero para financiar al Tesoro, pagar la deuda pública, pagar deuda con los organismos financieros internacionales y deuda bilateral. Si bien es cierto, que no habrá muchas oportunidades para realizar reformas a la carta orgánica, y que sería deseable no cambiarla año a año, aparecen objetivos muy amplios.
Sin embargo, si se utiliza el dinero de las reservas para pagar la deuda del Club de Paris y esto abre el paso de financiamiento a obras de infraestructura, nos parece una salida brillante.
Por un lado los nuevos créditos que lleguen serán en dólares, por lo tanto habrá que liquidar los dólares en el mercado, y el BCRA tendría la posibilidad de monetizar los dólares, lo cual le permitiría incrementar reservas y mantener el dólar calmo. Por otro lado, con la llegada de nuevos créditos, mejoraríamos la infraestructura y le daríamos un empujón muy importante a la actividad económica. Ni que hablar, si bajamos la tasa captación de fondos en el exterior, eso le abriría el camino al sector privado a los mercados financieros mundiales.
Para que la felicidad sea plena, deberíamos pagar los juicios en el Ciadi, como también llegar a un arreglo con los bonistas en litigio en New York. Luego del exitoso canje de la deuda griega, habría que explorar como poder resolver el problema con los bonistas, al menor costo posible.
En resumen: La reforma a la carta orgánica del banco central podría ser una gran oportunidad para abrir a la economía al mundo, volviendo a los mercados financieros internacionales y aprovechando líneas crediticias a tasas muy bajas como lo hace Brasil y toda América Latina. En cambio, si utilizamos las reservas para financiar al tesoro, estaremos ante un escenario muy parecido al de los años 80.
El verdadero problema, es que desde 1983 a la fecha, los gobiernos que no tuvieron un control estricto de las reservas, dilapidaron los ahorros y nos hicieron caer en la híper. La historia nos condena, ojala no repitamos experiencias pasadas.
Pasando a la coyuntura, mientras todos los mercados del mundo vuelan, Argentina no puede aprovechar la suba porque estamos enredados con el tema YPF y carta orgánica del BCRA. Otra vez, la vemos pasar.