El móvil del crimen sería por venganza ya que el occiso era una persona violenta. Incluso llegó a maltratar a su propia madre hasta provocarle una fractura.

Masa encefálica en el suelo, cráneo fracturado y piezas dentarias esparcidas en toda la habitación fue el escenario dantesco que encontraron dos policías el día que un joven asesinó a su hermano a garrotazos.
El hecho de sangre ocurrió en una vivienda del barrio La Merced de la ciudad de Añatuya, departamento General Taboada. El acusado es Pablo Alejandro Ibáñez, quien mató a su hermano Rubén Jesús Ibáñez. Pablo esperó que se duerma su hermano y con un palo arremetió contra su humanidad.
La mayoría de los golpes fueron directamente a la cabeza. Rubén Jesús fue trasladado hacia el nosocomio añatuyense donde murió. Este terrible hecho de sangre se está ventilando en un juicio que está llegando a su final.
El lunes fue el turno del testimonio del médico forense, doctor Miguel Ángel Pernigotti, el oficial subinspector Adrián Segovia y el oficial ayudante Gerez. Los tres relataron momentos escalofriantes. El médico forense hizo mención a que el occiso tenía fractura de cráneo y había perdido masa encefálica. Por su parte los policías dijeron que “al ingresar a la habitación encontramos dientes en todas partes que eran del occiso”.

Móvil del crimen
En cuanto al móvil del crimen, aún no está muy bien claro pero se supo que -durante la etapa investigativa- la víctima tenía un carácter violento y en más de una oportunidad atacó no solo al agresor sino también a su madre. Por eso se supone que Pablo Alejandro tomó venganza y atacó a su hermano Rubén Jesús provocándoles heridas mortales.

FUENTE: Nuevo Diario