DEPORTES-AMISTOSO ANTE BRASIL
Argentina festejó ante Brasil
La Selección se impuso por 4 a 3 en Nueva Jersey, donde los tres goles de la Pulga pusieron a la Selección a salvo de los errores defensivos. El otro lo marcó Federico Fernández, de cabeza. Rómulo, Oscar y Hulk convirtieron para los de Mano Meneses.
Para Argentina era el último día de clases. Para Brasil el exámen más difícil antes de ingresar a la mejor escuela de Londres. Con el pitazo final, la mayoría de los jugadores argentinos empezaron sus vacaciones. Y los brasileños a pensar en los Juegos Olímpicos. Pero la cátedra la dio el mejor maestro: Lionel Messi. La Pulga otra vez fue imparable, marcó tres goles (el del 4-3 final una joya) y se fue ovacionado por los 81.994 espectadores.
El desconcierto inicial quedó obligatoriamente asociado a un desinterés de Argentina, una mente dispersa y falta de concentración por esas vacaciones inminentes. Y Sabella trasladó sus dudas al campo de juego. Porque el 4-4-2 arrancó con Clemente y Di María a la dercha y Zabaleta y Sosa por la izquierda.
El Sub 23 de Brasil salió más concentrado, con la lección bien aprendida. Presionó con Sandro, Romulo y Oscar encima de Mascherano y Gago, que no le acertaban a los compañeros. La pelota era de Brasil. A los 3, Neymar probó y encendió las alarmas.
Enseguida, Sabella cambió a los laterales. Clemente a la izquierda y Zabaleta a la izquierda. Y Messi tocó la pelota por primera vez a los 9 minutos… No había orden, no había equilibrio y no había juego. Dejó corto un rechazo Zabaleta y otra vez Neymar sacó un derechazo que se fue cerca. La figura de Sergio Romero empezó a crecer. Argentina generaba poco en ataque, y Brasil llegaba hasta quedar mano a mano con el arquero. A los 15, Hulk no pudo con Romero tras un pase de Oscar. Y después, Sabella les pidió a los volantes que cambien de banda: Sosa a la derecha y Di María a la izquierda. Argentina, al menos, recuperaba cierto orden.
Faltó concentración en Argentina. A los 22, Garay le cometió una falta infantil a Hulk lejos del arco. Mientras la barrera se acomodaba, Neymar lo jugó rápido. Se durmieron todos en el área, menos Romulo que definió cruzado y puso el 1-0. Marcador y partido abiertos.
El peor momento de Argentina fue cuando salió a buscar el empate. Quedó abierto en el medio, descoordinado. Y Neymar parecía jugar en patines sobre el césped. A los 27, Zabaleta le cometié penal, pero el árbitro local Jair Marrufo lo ignoró. A los 30, llegó casi hasta abajo del arco, pero esta vez lo frenó Romero.
Cuando más lo necesitaba, Messi frotó la lámpara. Sandro dudó un instante e Higuaín le robó la pelota en el medio. Con Brasil saliendo, el Pipita le tiró el pase largo a Messi. A toda velocidad, la Pulga enfrentó a Rafael Cabral, abrió el botín zurdo y definió al lado del palo para el 1-1. Tres más tarde, con Brasil desorientado por el cachetazo, Messi tiró una pared con Di María, otra quedó solo con el arquero, gambeta larga y toque a la red para el 2-1. En un puñado de minutos y c on apenas dos intervenciones, la Pulga daba vuelta el marcador. Brilló Romero cuando le tapó el empate a Hulk.
En el inicio del complemento, Argentina volvió a clase distraída tras el recreo. Intercambiaron ataques (Hulk de zurda, Di María por derecha, Higuaín de zurda, otra vez el Pipa que define cruzado y ancho), pero a los 10 el que golpeó fue Brasil. Oscar tocó y fue a buscar la devolución de Damiao, que aguantó la marca de Garay. El diez definió con un toque y puso el 2-2.
A la cancha Guiñazú, afuera Sosa. Di María más suelto. Pero Argentina no reaccionaba. Y a los 26 un nuevo error por falta de concentración hizo todo cuesta arriba. Córner desde la derecha, Romero sale y no retiene, la pelota le queda a Hulk que de zurda anota el 3-2. Había que volver a empezar.
Agüero ingresó por Di María y volvieron a jugar juntos los tres delanteros. Pero el empate llegó por arriba y no por abajo. La suerte estuvo del lado de Sabella. Un córner, un cabezazo de Federico Fernández y el partido rápidamente quedaba igualado por 3-3.
Los últimos 15 minutos fueron una ruleta. Podía salir rojo o negro. Podía quedar sin nada o con todas las fichas. A los 35, Fede Fernández le sacó el gol en la línea a Neymar, que había dejado en el camino a Romero. Y a los 39 llegó la obra de arte de Messi. Recibió el balón sobre la drecha, dejó en el camino a Marcelo y encaró a pura velocidad rumbo al área. El central Juan no sabía si salir, si quedarse, si cometerle foul… Messi no dudó, enfiló hacia el medio y le dio de zurda a colocar, al ángulo para sellar un 4-3 histórico en Nueva Jersey.
Para el final quedó la expulsión de Lavezzi (había ingresado por Higuaín) que se peleó con Marcelo y duró en cancha apenas dos minutos. Para después quedará el análisis frío. Cuando los ojos se acostumbren a la luz tras el brillo enceguecedor que deja Messi cada vez que toca la pelota.
Fuente: Clarín