Las inundaciones complicaron la producción del norte santafesino, pero los vecinos no se rinden. “Estamos levantando lo poco que queda”, asegura un productor de girasol.
Los tractores y las cosechadoras se hunden en el agua. Sólo la habilidad de los conductores y la necesidad de levantar lo poco que queda en pie de la cosecha, luego de la inundación, hace que se pueda trabajar en esas condiciones. El agua de a poco comenzará a bajar, pero los daños recién comienzan a evaluarse. Mientras tanto, los productores no paran.
“Vamos a levantar lo poco que nos queda. Para que sepa nuestro gobernador que teniendo el agua hasta las rodillas vamos a seguir produciendo”, dice un vecino que tiene el campo a 10 kilómetros de Tostado, mientras las máquinas luchan contra el agua y el barro para sacar todo el girasol que le sea posible.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, los productores del norte santafesino tendrían pérdidas en cultivos por USD 237,7 millones. El estudio, que tuvo en cuenta la soja, maíz, sorgo, girasol y algodón, aclara que no se sumaron las pérdidas que se presentarán por una menor calidad al momento de la comercialización y los costos adicionales para realizar la resiembra de algunos cultivos. Pero tampoco puede prever cuánto se resentirá la economía de cada una de las localidades afectadas. Porque cuando el campo tiene una mala temporada, todos lo sienten: comerciantes, empleados y empresarios. Nadie está exento.
El jueves, el gobernador Miguel Lifschitz participó de la reunión con el presidente Mauricio Macri y otros mandatarios provinciales para acordar medidas frente a la emergencia hídrica. “Se repasaron los problemas más importantes y después se plantearon algunas de las propuestas que tiene el gobierno nacional, fundamentalmente, la declaración de la emergencia nacional que implica el diferimiento de impuestos, además del diferimiento de compromisos con el Banco Nación, de créditos o algún otro tipo de deuda con el Banco o con Afip. En caso de Afip, la refinanciación de deuda por 48 meses. Microcréditos para pequeños productores y también créditos más importantes con tasa subsidiada a la mitad”, detalló el gobernador tras la reunión.
Mientras la burocracia intenta dar una mano, en el campo nadie se rinde. Se recuperará lo que pueda y se volverá a confiar en que la próxima temporada sea mejor. Mientras los proyectos de obras duermen en cajones y el clima es esquivo, en el campo nadie baja los brazos.
FUENTE: Nexo Diario