El joven de 18 años y sobrino de Daniel A. se quebró en medio de su declaración y se autoincriminó, también dijo dónde estaba el arma homicida. Según el informe forense, Dalma no murió inmediatamente, sino que sufrió. De haber sido asistida a tiempo, ella y su beba se habrían salvado.
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En la mañana de este viernes, B. K. , dijo que no tenía intenciones de mata a Dalma Barreto, que se le escapó el disparo. Esta versión fue escuchada por la fiscal María Emilia Ganem.
La víctima tenía 17 años y vivía con su familia en una humilde casa de Las Arenas, un paraje cercano a Cuatro Bocas, departamento Taboada, prácticamente en el límite con Santa Fe.
El 25 de junio salió de su casa entrada la madrugada, dijo que se iba a encontrar con su ex novio, de quien esperaba un hijo. Nunca regresó. Horas más tarde hallaron su cuerpo tendido en un campo. Tenía una herida de arma de fuego; el proyectil ingresó por su mejilla izquierda y quedó alojado en el lateral derecho de su cráneo. El bebé que estaba gestando, también murió.
Pese al hermetismo en torno a la investigación, las fuentes deslizaron que una pieza clave para armar este rompecabezas fue la sábana del celular de Daniel A.
En primera instancia se corroboraron unas 300 comunicaciones con la adolescente, pese a que él sostenía que no hablaba con ella desde hacía unos 7 meses. De hecho, a la 1.52 del 25 de junio, el día en que Dalma y su bebé fueron asesinados, la víctima había recibido un mensaje de su ex citándola a los maizales donde finalmente fue hallada sin vida.
Las comunicaciones de A. con su ex novia, no fueron lo único que llamó la atención a los detectives de Homicidios y Delitos Complejos. También había numerosos mensajes y llamadas con su sobrino, incluso en la misma franja horaria en la que se perpetró el crimen.
Ante esa situación, los investigadores alertaron de la situación a la fiscal que encabeza el proceso, Dra. María Emilia Ganem, quien habría dispuesto que se cite a prestar testimonio al sobrino del principal sospechoso.
Declaración
La medida se llevaba a cabo ayer y mientras los policías comenzaron a interrogarlo, cayó en algunas contradicciones y al verse acorralado, habría terminado autoincriminándose.
El joven habría admitido que él fue quien se presentó en los maizales, quien efectuó el disparo y habría revelado dónde estaba el arma homicida. Ante esa situación, el testimonio fue interrumpido. Para la Justicia esta confesión sin un abogado no tiene validez, por lo que la fiscal Ganem habría dispuesto que quede apresado y este viernes con la asistencia de una defensora oficial, será indagado como imputado.
La carabina habría estado en la casa de un familiar cercano
Altas fuentes ligadas a la causa confiaron que con la información obtenida en el testimonio de B. K., la fiscal interviniente solicitó a la jueza de Control y Garantías una orden de allanamiento para corroborar si el arma empleada en el crimen de Dalma, estaba donde el joven había deslizado.
La medida fue librada y una comisión de Homicidios y Delitos Complejos se trasladó hasta el lugar. Las fuentes precisaron que era la casa de un familiar (sería un hermano) y una vez allí descubrieron la carabina calibre 22 debajo de una almohada, tal como lo había manifestado B.K. a los investigadores.
La Policía y la Justicia ya sabían qué arma buscaban; las pericias al proyectil habían especificado qué tipo de arma se había empleado y coincidiría con la que se secuestró ayer.
Las fuentes revelaron que también se incautó un celular, que también será sometido a pericias.
FUENTE: EL LIBERAL