La fiscal Andrea Darwich acusó ayer a Daniel Amaya y Benjamín Kasinsky de pactar el asesinato de Dalma Barreto, por quien sentían un “desprecio” y les generaba inocultable “molestia”.

Así lo subrayó la funcionaria al alegar en la penúltima jornada, ocasión en que requirió, para ambos, prisión perpetua.

Al desgranar los roles individuales del homicidio, que estalló el 25 de junio de 2017, Darwich endilgó a Amaya la “instigación”.

Para la fiscal, la bebé por venir generó distancia en Amaya, novio de Dalma, y la planificación de su muerte “porque molestaba”.

Uno y otro

Al referirse a Kasinsky, Darwich indicó que el sobrino de Amaya “la sostuvo del cuello antes del disparo”.

Dalma pereció de madrugada, en un campo privado al que la adolescente acudió, pensando que se trataba de Daniel.

En el extenso fundamento, la funcionaria manifestó que advirtió en la denuncia de supuesta confesión sin defensa (por parte de Banjamín Kasinsky), “mala fe procesal”.

A su turno, Cantos ratificó la posición de su par y resaltó que la tragedia de Dalma no fue accidental, sino buscada.

Por ende, desmenuzó los cargos para uno y otro: “Homicidio doblemente calificado en grado de instigador”, para Amaya.

Y “homicidio calificado en grado de autor agravado por violencia de género”, en cuanto a Kasinsky.

Violencia de género

Luego, contragolpearon los defensores de Amaya, Gabriel Toloza y Franco Cejas Escalada, quienes primero se solidarizaron con la familia de la víctima.

“No hubo violencia de género; es más, no toda violencia contra una mujer es violencia de género”, interpretó Toloza.

“Fue un homicidio simple y no hay pruebas de la participación de Amaya; tampoco violencia de género ni en Amaya, ni en Kasinky”, ratificó.

FUENTE: El Liberal