La mujer presentaba el disparo en el rostro y parte de la cabeza. El menor, detrás del cráneo. El agresor se pegó un tiro en la boca. Todo habría sido motivado por celos.
A las cuatro de la tarde de anteayer, Soledad Fernanda Escobar (26 años), a quien conocían como “Colo”, y su hijo Mateo Escobar (6 años), montado en su pequeña bicicleta, salieron desde el casco de la estancia Las Violetas, en la localidad de Aerolito, ubicada a 60 kilómetros de Quimilí y a 40 de Tintina (Moreno), a buscar señal para el celular en la zona de los bebederos, a un kilómetro del lugar. Por detrás, salió la pareja de la mujer y padre del menor, Gastón Rodríguez (33), apodado “Nino”, quien era el casero y empleado rural del campo. Conducía una motocicleta y llevaba una escopeta, calibre 12, con la intención de “cazar”, según dijo. Encontró a su familia a doscientos metros de la casa. De acuerdo con las huellas, Rodríguez llevó a su pareja y al menor en la moto hasta los bebederos, mientras que la bicicleta quedó cerca de la casa.
Se sospecha que hubo una discusión por cuestiones de celos del hombre, quien decidió desatar la tragedia. De acuerdo con las primeras investigaciones, una de las hipótesis sostiene que le disparó de frente a Soledad, quien cayó boca arriba con heridas en parte del rostro y la cabeza. El menor habría corrido hasta su mamá sin vida y la abrazó, ocasión en la que su padre le descerrajó un disparo. El niño presentaba heridas de bala mortales en la parte trasera de la cabeza. Ambos quedaron abrazados. “Nino” Rodríguez se apartó unos diez metros, hacia unos pastizales altos, y se disparó en la boca. Tenía impactos de entrada y salida. Como la familia no regresaba, el hermano de Soledad, Federico Escobar, salió a buscarlos, entrada la noche. Hizo los mil metros en un tractor y advirtió la presencia de los cuerpos de su hermana y su sobrino. Regresó al casco de la estancia y le comunicó a su madre lo que había visto. Inmediatamente ascendieron a un auto y se trasladaron a Quimilí porque temían que Rodríguez los matara a ellos, ya que Federico no había visto el cuerpo de su cuñado por los pastos altos. Tal como informó ayer Nuevo Diario, tras alertar al personal de la Comisaría 29ª, se determinó la presencia de los tres cadáveres.
El agresor dejó una carta para su suegra y dijo que “no sabía lo que le pasaba”
La madre y el hermano de Soledad estaban de visita en la casa desde hace pocos días. Habían llegado para festejar el cumpleaños número 27 de la joven, previsto para el sábado próximo, y el Día de la Madre. Sin embargo, sabían que la relación de “Colo” y “Nino” no estaba bien por las comunicaciones que habían tenido con la víctima.
En este sentido, en la habitación matrimonial se encontró una carta escrita por el femicida y filicida y dirigida a su suegra. En ella le dice que “ama mucho” a su pareja e hijo”, pero “no sabe lo que le está pasando”. El escrito fue secuestrado.
“Nino” “no podía manejar sus celos”
La tragedia generó la presencia de la fiscal de Género de turno, Dra. Judith Díaz, quien lideró la investigación y el trabajo policial en el lugar. “Por lo poco que se pudo recabar, en los últimos tiempos (Gastón ‘Nino’) Rodríguez habría estado atravesando un proceso inmanejable de celos, que habría motivado la lamentable decisión que tomó”, afirmó la funcionaria judicial.
“No puedo creer lo que hizo; era muy callado”
Juan Escobar y su familia, oriunda de Tostado, Santa Fe, se instalaron hace varios años en Bajo Hondo (Moreno) para trabajar. El padre de Soledad Escobar indicó que, en esa circunstancia, su hija conoció a “Nino” Rodríguez, con quien vivía desde hace diez años. “No puedo creer lo que hizo”, afirmó ayer Juan a Nuevo Diario. Calificó a su yerno como “buena persona”, aunque “muy callado”. Sostuvo que nunca hubo denuncias por violencia de género. La familia debatía ayer si los restos de madre e hijo iban a ser sepultados en Quimilí o Tostado.
“Cómo va a matar al chiquito, era un angelito”
“Cómo va a matar al chiquito, era un angelito”, afirmó ayer Elva Pérez, la madre de “Nino” Rodríguez. La mujer indicó que su hijo siempre la manifestada que “eran muy felices”. Por este motivo, la madre no sabe qué es lo que le sucedió a su hijo para provocar “semejante tragedia”. “Ella le sabía decir que no trabajara tanto para estar más tiempo con ellos; pero él le decía que lo hacía para que no les faltara nada”, afirmó. Elva pretendía ayer que los tres fueran velados y sepultados juntos, aunque dijo que no encontró eco positivo en la familia de Soledad.
FUENTE: Nuevo Diario