Abou, oriundo de Costa de Marfil, buscaba reencontrarse con su padre y su madre que vivían en Las Palmas, España.
Uno de los “scaners” con los que cuenta el puesto fronterizo de Tarajal, en Ceuta, registró una de las imágenes más crueles que refleja la desesperación de habitantes de países africanos para poder emigrar a España: un niño oculto dentro de una maleta.
El hecho se produjo días atrás en un control fronterizo donde una mujer se presentó con una maleta con rueditas y su actitud despertó sospechas entre los guardias.
“Pensábamos que llevaba droga”, dijo a El País uno de los oficiales de seguridad, que nunca imaginó que al abrir la maleta encontrarían a un chico negro de 8 años, acurrucado y oculto entre ropas.
El pequeño, oriundo de Costa de Marfil, era llevado dentro de la maleta por una mujer a la que no conocía. Presuntamente se trataba alguien a quien le habían pagado para que pase “el bulto” por la frontera.
Luego de que personal de la Cruz Roja constatara que el pequeño se encontraba en buen estado de salud y que no presentara rasgos de asfixia, un hombre se presentó antes las autoridades fronterizas preguntando sobre el paradero de su hijo, sobre quien estaba convencido que había logrado cruzar la frontera.
Contó que prevenía de Marruecos y mostró un certificado de residencia que constataba que vivían en Las Palmas, España. Dijo que tenía esposa y dos hijos.
Cuando le mostraron la foto del pequeño en la maleta, confirmó que era su hijo, que se llamaba Abou, tenía ocho años y era oriundo de Costa de Marfil.
Pese a que rogó para que dejen llevarse a su hijo a Canarias, las autoridades lo detuvieron por presunto delito de tráfico de personas, ya que sospechan que abonó dinero a la mujer para que logre ingresar a su hijo a España.
El caso conmueve al mundo y muestra en un claro ejemplo cómo es la cruda realidad de los africanos que buscan un mejor futuro en países europeos.
FUENTE: La Voz del Interior