Sin ahondar en detalles, ya que manifestaron que resta recabar otros datos, indicaron que en la mayoría de los casos se trata de venta irregular de parcelas y de hechos en los que tumbas que tenían propietarios, fueron ‘desocupadas’, refaccionadas y vendidas a otras personas, quienes se presentaron a declarar en el expediente, y todos afirman que compraron de buena fe, ya que lo hacían al encargado del nosocomio, aunque reconocieron que en su mayoría no recibían ningún comprobante de pago, o bien sólo un recibo común con sello del cementerio.

Los precios iban desde los 5 mil a los 23 mil pesos, y el mismo encargado ofrecía sus servicios de albañilería para acondicionar las tumbas, lo que también cobraba en efectivo.

Una vecina, identificada como M.H.G., declaró que había comprado de buena fe una tumba, ya que donde se encontraba sepultado su esposo estaba deteriorada por las inundaciones, y el encargado le ofreció una que ‘estaba desocupada’, luego supo que la misma tenía dueño.

Otras de la vecinas damnificadas, M.F., contó cómo fue engañada en su buena fe por el encargado, ya que había sido ‘notificada’ que debían ‘demoler su tumba y reducir los restos de su esposo’ por el deterioro sufrido por el problema de las inundaciones. Ella, entendiendo la situación estuvo de acuerdo, pero al tiempo, cuando fue al cementerio, vio que la tumba donde estaba su esposo, y que en teoría la iban a demoler, estaba arreglada y pintada nueva, y que ya había sido vendida a otra persona, y en el lugar había otro cadáver. Cuando fue a consultarle de la situación al encargado, este habría manifestado que ‘prestó la tumba a otra familia’

Otras de las modalidades denunciadas, era que el acusado vendía las tumbas, la ‘parte de arriba’, y que debajo de la tierra quedaba el féretro con los restos de la persona que habían sepultado originalmente.

También hubo quejas por 14 perros que viven en el cementerio, a los que los vecinos consideran peligrosos, ya que son agresivos, y en una oportunidad se viralizó una foto de un can con un cráneo humano. Uno de los colaboradores del encargado del cementerio, manifestó que le dijo que algo había que hacer con los perros, y este lo habría amenazado ‘si te metes con los perros te reviento a piñas’.

También sostienen que ordenaba a que saque materiales de construcción de otras tumbas, para refaccionar las que él vendía, también las losas alegóricas de granito.

Una vecina a la que se le había reducido la tumba donde estaban sus abuelos, expuso que ellos habían sido sepultados con joyas de oro, y pidió recuperar las mismas. Indicó que al tiempo, apareció un empleado del cementerio con unos aros de oro, indicando que era lo único que había encontrado.

Fuente. El Liberal