El pibe fue la gran apuesta de Gallardo, quien volvió a acertar: el 9 se bancó la presión, asistió en los goles y ovación.

Gallardo lo hizo otra vez, le metió muñeca al asunto. Apostó una luca a la cabeza. Perdón, un Lucas a la cabeza. Y Alario, quien debutó de titular, le cantó un pleno: no sólo estuvo a la altura, sino que además metió las dos asistencias en los goles. “Gracias al apoyo que me dieron mis compañeros y Marcelo. Me sentí mejor en el segundo tiempo”, dijo el chico, de 22 años.
El de Marcelo no fue un acierto de chiripa, de suerte. Porque el punta, que sumó los primeros minutos con Temperley, fue su gran apuesta. Ante la ausencia de Teo, la imposibilidad de que esté Viudez y con un Saviola recién llegado, la presión cayó en las manos del joven, que demostró personalidad: se bancó el Monumental en una instancia clave, jugó, hizo jugar y si no la metió fue porque el arquero le sacó un cabezazo tremendo.
Méritos para Gallardo. No fue la primera vez que acertó en lo táctico, ya que ante Cruzeiro lució un 4-4-2 con Rojas por la izquierda. Y porque él mismo reconoció que no siempre hace falta una referencia y que se podía arreglar con los bajitos (Martínez, Mora, Saviola) moviéndose por el frente de ataque; pero también avisó que Alario era el único del plantel que tiene esas características de 9, con potencia, juego aéreo, etc.
Lucas le devolvió esa confianza: demostró que no sólo es un poste en el punto penal que baja todo (como sucedió en el gol de Mercado), sino que además también puede jugar de Teo, retrasarse y asistir, símil a lo que hizo en el 2-0 de Mora. Superó la prueba, con creces, por eso su primera ovación en River cuando entró un tal Saviola. A este ritmo, no será la última…

FUENTE Y FOTO: OLE