En la primera mitad de 2022, el Observatorio de la Agencia Provincial de Seguridad Vial registró un total de 195 muertes como consecuencia de siniestros viales en el territorio santafesino. La velocidad es uno de los factores que más incide en la seguridad al volante a la hora de hablar de los accidentes y sus consecuencias.
“La imprudencia al volante mata”, rezaba en la década del 90 un slogan que buscaba generar conciencia entre los conductores. Lejos de aquella premisa, las estadísticas de los primeros seis meses del 2022 arrojan cifras lamentables cuando de siniestros viales se trata. Hasta el momento, el Observatorio de la Agencia Provincial de Seguridad Vial contabiliza un total de 195 muertes como consecuencia de siniestros viales en el territorio santafesino.
Al momento de realizar un balance en torno a la elevada cifra de decesos que se registran por esta causa, el director de la Agencia Provincial de Seguridad Vial de Santa Fe, Osvaldo Aymo no dudó en asegurar que los accidentes son un tema complejo.
La mayoría de los siniestros se registran en rutas nacionales, provinciales y en las autopistas. En esta instancia, si bien el estado de las vías de circulación es un aspecto fundamental, la velocidad y el factor humano son determinantes al momento de conducir un vehículo.
“Hay muchos accidentes sobre la autopista, a pesar de que está en buen estado y teóricamente es segura. Evidentemente, ahí, el factor humano ocupa un lugar importantísimo”, detalló Aymo en diálogo con AIRE.
Entre los factores no humanos, el que más incide en la seguridad vial a la hora de hablar de los accidentes y sus consecuencias es la velocidad. «La alta velocidad no solo desata el accidente, sino que agrava las consecuencias», afirmó el consultado.
En relación con la cantidad de decesos que se contabilizaron hasta ahora, Aymo aseguró que se trata de un número importante. «Lo que estamos haciendo es luchar para bajar los números, es una tarea muy difícil de hacer», detalló.
En el 2019 (el último año con circulación y tránsito normal previo a la pandemia) la provincia de Santa Fe había registrado 522 muertos: el 48% eran usuarios de motos y fallecieron en incidentes que, en su mayoría, habían ocurrido en ejidos urbanos. Este año, la tendencia se sostiene: la Agencia Nacional de Seguridad Vial determinó que en el primer semestre el 46% de los muertos en el país fueron usuarios de motos.
En el marco del cambio de paradigma que se aborda para trabajar la seguridad vial, Aymo explicó que, si bien la infraestructura es relevante, el factor humano es el que mayor incidencia tiene al momento de conducir un vehículo.
“Un trabajo de investigación sobre seguridad vial basado en evidencia científica demostró que las medidas que más impactaron para bajar los heridos graves son el diseño e innovación tecnológica de la vía y del vehículo, porque no se depende de la voluntad del hombre”, afirmó el consultado. En este contexto, el control, la sanción y la legislación son efectivas, pero no tanto porque se depende del cumplimiento del factor humano. La menos efectiva, es la educación vial.
Desde la APSV destacaron las acciones preventivas, de concientización y controles que se llevan adelante para prevenir los siniestros y las muertes. “Estamos tratando de articular todas las acciones, para llegar a toda la gente. La otra pata de las acciones son los controles, ya que estos salvan vidas”, destacó Aymo.