Un hombre de Esperanza falleció de gripe A
El caso fue confirmado el viernes por el Ministerio de Salud. Otro paciente también falleció de influenza -aunque por otra cepa del virus- en el norte provincial.
Un hombre de 33 años oriundo de la ciudad santafesina de Esperanza, situada a 37 kilómetros al noroeste de la capital, murió de gripe A y otro paciente también falleció de influenza -aunque por otra cepa del virus- en el norte provincial, según confirmaron autoridades sanitarias santafesinas.
El viernes se confirmó el primer caso fatal de gripe A (virus influenza HIN1) en Santa Fe. Es una persona oriunda de Esperanza, que pertenecía a un grupo de riesgo y, posiblemente, no haya estado vacunada (lo está investigando el Ministerio de Salud).
Al mismo tiempo, también se confirmó otra muerte por otra cepa del virus influenza en una persona que residía en el norte provincial.
La directora provincial de Promoción y Prevención de la Salud, Andrea Uboldi, informó que en las últimas 48 horas se confirmaron dos muertes por el virus de la influenza, una de ellas del tipo HIN1. «Esos pacientes ingresaron al hospital con un síndrome febril con compromiso pulmonar y fallecieron. Confirmamos que tenían el virus influenza, y una de ellas el de tipo HIN1», explicó Uboldi.
La funcionaria reiteró la necesidad de la aplicación de la vacuna antigripal trivalente. Es que hasta la fecha, se vacunó sólo el 47 por ciento de la población objetivo. «Desde marzo, venimos insistiendo en que todas las personas que tienen indicación de vacunarse lo hagan. Tenemos amplia circulación de gripe en la provincia, por lo que seguimos insistiendo con el mismo mensaje: que todas las personas que pertenecen a grupos de riesgo se apliquen la vacuna», dijo.
El paciente de 33 años, oriundo de Esperanza y que se encontraba internado en un hospital de la capital provincial, murió de gripe A, confirmaron autoridades sanitarias de la provincia. Se trata del primer caso fatal del año.
El deceso se produjo el miércoles último y, dadas las características de la enfermedad, se realizaron los estudios del caso, los que confirmaron que se trató de otro caso de gripe H1N1.
Un vocero del Ministerio de Salud provincial sostuvo que el paciente no estaba vacunado. El martes de la semana pasada realizaron las primeras consultas en el Servicio de Asistencia Médica a la Comunidad (Samco) de Esperanza, y al día siguiente fue trasladado a un centro asistencial en la capital provincial donde resultaron infructuosos los esfuerzos médicos por salvarle la vida.
Al recibir la confirmación de la causa del fallecimiento, se activaron los mecanismos de prevención sanitaria, que comenzaron con la vacunación a toda la familia y personas cercanas.
«Después de 2009, cuando fue el brote de H1N1, y en forma paulatina, la gente se fue relajando respecto de la vacunación y las medidas de prevención. Por eso, es fundamental que además de la inmunización se tengan en cuenta día a día el lavado de manos frecuente, el hecho de no estornudar o toser salvo en un pañuelo o en el pliego del codo y, sobre todo, el aislamiento cuando hay síntomas», remarcaron profesionales médicos.
Y aconsejaron: «Las personas con sintomatología respiratoria, con tos, dolor de cabeza, fiebre, escalofríos, dolores corporales no deben asistir a los lugares de trabajo y los chicos no tienen que ir a la escuela si hay sospecha de que están enfermos. Esto es muy importante para frenar la circulación del virus».
Grupos de riesgo
Las personas que deben vacunarse porque presentan mayor riesgo de contagio, son las embarazadas en cualquier trimestre de gestación y puérperas hasta seis meses posteriores al parto, niños menores de dos años, adultos mayores de 65 y el personal de salud de efectores públicos y privados.
Además, están incluidos los niños desde los dos años, adolescentes y adultos menores de 64 años con los siguientes factores de riesgo: problemas genéticos, musculares o del desarrollo graves; severos trastornos respiratorios; asmáticos graves; cardiopatías congénitas; diabéticos, insuficiencia renal crónica; alteraciones en las defensas (por VIH o medicación); enfermedades oncohematológicas y tumorales; trasplantados; y cuadros importantes de obesidad.