Pericias y testimonios, las claves. Mientras la fiscal Fein les toma declaración a los custodios de Nisman, ya confirmó que no pudieron hallar rastros de pólvora en la mano del magistrado. Igual, quedan varios casilleros por llenar en la investigación y algunas cuestiones por explicar.
La muerte del fiscal Alberto Nisman no es un caso policial «común y corriente». Arrasa como un peine diversos planos de nuestra sociedad. Pero si el caso sólo hubiese integrado uno más de la lista habitual de hechos de inseguridad, los puntos oscuros en el levantamiento de pruebas, en la actuación policial y en el procedimiento al momento de encontrar el cuerpo del magistrado, dejarían bastante tela para cortar.
Hay baches en los tiempos y acciones interpuestas, detalles que no corren el eje de lo que realmente implica este caso, pero que seguramente están sobre la mesa de tareas de la fiscal Viviana Fein y que deben ser aclarados.
De acuerdo a lo informado en un primer momento por el secretario de Seguridad, Sergio Berni, el fiscal Nisman disponía y decidía sobre la custodia de 10 agentes de la Federal, que se dividía en dos turnos de trabajo, con 5 en cada uno de ellos, desde que se le fue asignada en 2007. El último sábado les habría dicho que no los iba a necesitar, que recién lo fueran a buscar el domingo a las 11.30 para que lo acompañen en una salida que tenía programada. A partir de la llegada de los custodios y de no encontrar respuestas a los llamados de parte de Nisman, arranca esta historia que termina con el hallazgo del cuerpo del fiscal.
Pero primer punto a esclarecer. ¿Qué pasó entre la tarde del sábado, cuando la custodia dejó el edificio Le Parc, y la mañana del domingo?
Allegados y periodistas confirmaron que tuvieron contacto con el fiscal Nisman durante la tarde del sábado, incluso el vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, dio a conocer hoy una foto enviada por Nisman a eso de las «18.27 del sábado», en la que se ve una mesa de vidrio, repleta de carpetas y marcadores. En ese período de tiempo, también, un allegado y colaborador le llevó el arma (una pistola Bersa calibre .22) del que salió la bala que le dio muerte a Nisman. Así lo declaró en una presentación espontánea que hizo este allegado, identificado como Diego Lagomarsino, que ahora está custodiado por 15 agentes de la Federal.
Todos estos movimientos se irán rearmando como un rompecabezas, a partir de las declaraciones de los custodios directos de Nisman y de los cinco agentes de Prefectura que vigilaban el edificio como «adicionales».
Y aquí surge otro detalle singular, especialmente si se tiene en cuenta que Nisman iba a exponer el lunes los argumentos de su denuncia a la presidenta Kirchner y al canciller Timerman ante Diputados. ¿La seguridad sobre su persona no debería haberse intensificado, más allá de su habitual manejo personal de los custodios?
Dos de los custodios ya declararon y contaron en detalle que llegaron al edificio a las 11.30 del domingo, como les había pedido Nisman. Que fueron con el auto hasta la cochera reservada para invitados y que desde allí llamaron a Nisman vía Nextel. No obtuvieron respuesta. Se quedaron esperando. Recién a las 13.30 volvieron a intentar contactar al magistrado, y nada. Hasta que cerca de las 14 se comunican con la secretaria del fiscal, preocupados por la falta de respuestas de Nisman. La secretaria lo intenta ubicar y no logra hacerlo. Llama a la madre de Nisman y se va para el edificio Le Parc, mientras les indica a los custodios que vayan a buscar a la madre del fiscal a Núñez. La data de muerte es de las 15 de ese domingo, o sea que mientras todo esto pasaba, Nisman estaba con vida. Los agentes regresaron a Puerto Madero con la señora a las 17.30 y recién a eso de las 19 fueron hasta el piso 13, para encontrarse con la puerta cerrada, con la llave puesta por dentro, y los diarios del día aún en el piso. A partir de eso, cerrajero de por medio, todo lo que ya se contó. Ingreso y hallazgo del cuerpo.
Desde ese instante, hasta casi la medianoche del domingo, se genera otro paréntesis que aún falta rellenar. ¿Qué trámites se realizaron, qué pericias se hicieron, que comunicaciones se dieron, entre las 19 y las 0.10, cuando le comunicaron a la fiscal el fallecimiento de Nisman?
En ese aspecto, el detalle a destacar es la llegada de Sergio Berni minutos después de la medianoche, un buen rato antes que la fiscal Fein y el juez De Campos. Cuando la noticia se confirmó, en plena madrugada del lunes, Berni casi dio por hecho que se trataba de un suicidio, algo que también sospecha la fiscal pero que aún no pudo confirmar, ya que la causa está caratulada como «muerte dudosa». La familia del fiscal se resiste a pensar en la teoría del suicidio, y para ello también será importante la declaración de la ex mujer de Nisman, la doctora Sandra Arroyo Salgado, quien llegó al país esta mañana.
A nivel de testimonios, una persona que también puede aportar datos claves es la empleada doméstica que trabajaba en el departamento de Nisman. Un familiar del fiscal dijo haber visto una nota escrita por Nisman indicando compras para el lunes. ¿La empleada doméstica puede dar algunos datos más sobre los últimos días de Nisman? «Estuve en contacto con un primo hermano de la mamá de Nisman. Pudo ver parte del escenario, donde estaba parte del material de lo que iba a exponer en el Congreso. Encontró una nota dirigida a la empleada doméstica donde le indicaba compras para el lunes», dijo Jorge Kirszenbaum, ex presidente de la DAIA, al programa Cada Mañana, de Radio Mitre.
Ya confirmado por la fiscal Fein, no pudieron detectarse rastros de pólvora o de gases producto de la deflagración del arma en la mano derecha del fiscal. El barrido electrónico no logró levantar esa información. «Eran muy pocas las partículas de residuos que se levantaron en el lugar. Además al ser un calibre .22 y no un arma de guerra, usualmente esto provoca que el barrido electrónico no arroje resultados positivos», dijo Fein. ¿Podrán, entonces, la fiscal y el juez cerrar el caso sobre la muerte de Nisman? La fiscal dijo que esa pericia, de resultado negativo, no da motivos plenos para descartar un posible suicidio y que de todos modos seguirá investigando si Nisman podría haber tomado esa decisión inducido o bajo presión.
En el plano policial del hecho, aún quedan varios cabos por atar. La fiscal trabaja, recolecta información y testimonios, pero hasta que todos las piezas no calcen, no se podrá rearmar el rompecabezas.
FUENTE: CLARIN