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Dura condena por explotación sexual de una nena de 15 años

Un santafesino deberá cumplir 11 años de cárcel por la captación, el traslado y la explotación de una joven salteña. La Justicia ordenó investigar a su pareja como parte de la maniobra delictiva.

El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó ayer a la pena de 11 años de prisión a Carlos José Martínez, un santafesino de 39 años, considerado autor del delito de “trata de persona con fines de explotación sexual, en la modalidad de captación, traslado y acogimiento; agravado por amenazas, engaño y violencia” contra una pequeña de 15 años de la provincia de Salta.
Los jueces Lilia Carnero, Noemí Berros y Roberto López Arango leyeron la condena ayer, pasado el mediodía, en la sala de audiencias de calle Urquiza 872 de la capital entrerriana. Fue el corolario de un juicio que comenzó la semana pasada y por el que pasaron numerosos testigos que ratificaron las penurias que debió atravesar la víctima, que fue sacada de la casa de su abuela en la localidad salteña de El Quebrachal; trasladada en un colectivo de larga distancia hasta la ciudad de Santa Fe y luego movida a Paraná, donde finalmente fue rescatada.
Familiares de la menor radicaron la denuncia el 20 de agosto de 2014 y se reencontraron con ella el 10 de septiembre del mismo año, cuando fue rescatada de su captor mientras intentaba subir a un colectivo en la terminal de Paraná con destino a Rosario.
El fiscal del caso, el Dr. José Ignacio Candioti, se mostró conforme con la pena impuesta por el tribunal, a pesar de que en su alegato de cierre había pedido 13 años de prisión para Martínez. Justificó el fallo diciendo que “no hicieron lugar al agravante por la participación de más de tres personas” ya que no pudo probarse en el juicio.

Conexión subfluvial
Por otra parte, destacó que el tribunal haya hecho lugar “al pedido para que se profundice la investigación sobre la santafesina pareja de Martínez considerada partícipe del delito”. “Me parece importante que se haya hecho lugar al pedido de investigación de la santafesina, porque efectivamente hubo un corredor de trata Santa Fe-Paraná” y esto se encuentra acreditado con la declaración en cámara Gesell de la víctima, que ratificó que estuvo en Santa Fe -unos diez días en la zona de la terminal- y de ahí fue llevada a Paraná, y que en ambos lugares fue obligada a ejercer la prostitución.
Más que nunca “ahora con el juicio terminado y con un responsable, debe ser investigada fuertemente la conexión con Santa Fe”, reiteró el fiscal Candioti, que consideró acreditado que la mujer viajó desde Monte Quemado -Santiago del Estero- a la cuidad de Santa Fe, custodiando a la menor junto con su pareja. La localidad santiagueña está ubicada a 136 km de El Quebrachal, donde vivía la víctima.

Pena elevada
Desde la fiscalía destacaron además la decisión del tribunal de no haber convocado a la menor para la audiencia de debate, tal como lo había solicitado la defensa del reo. “Me parece importante que en el fallo se haya rechazado la objeción de la defensa relativa a la oposición a que en audiencia de debate se pase la cámara Gesell oportunamente recepcionada a la víctima”. “Hay jurisprudencia que dice que no hay que someter a una revictimización a las víctimas de trata y delitos sexuales haciéndolas declarar en reiteradas oportunidades”.
También destacó el monto de la pena impuesta, porque “esto demuestra que era un caso donde la magnitud del injusto era considerable y por eso merecía una sanción acorde a la gravedad del delito cometido, en el cual se había visto la cosificación de la víctima de una manera que jamás se había presentado hasta ahora en un juicio oral de todos los celebrados hasta el presente”, cerró el fiscal.

Ruta de la trata
El derrotero de la joven de 15 años desde que fue captada en su casa de El Quebrachal, Salta, incluye un viaje en colectivo de larga distancia rumbo a Santa Fe y una estadía en la zona de la terminal donde era obligada a tener sexo por dinero.
Como la Policía de Salta había iniciado una investigación a raíz de la denuncia del padre de la joven, que se enteró de que su hija podría estar en manos de santafesinos, los proxenetas se mudaron a Paraná, se cree que se escondieron en un hotel ubicado en la zona céntrica.
Llamativamente el ahora condenado decide esconder a la menor en una carpa, aprovechando las manifestaciones ambientalistas que se realizaban frente a la Casa de Gobierno entrerriana.
Pero la coartada no duró mucho tiempo, porque la gente advirtió la presencia de la pequeña acompañada de un mayor y el 10 de septiembre de 2014, a las 3 de la madrugada, Martínez fue detenido cuando estaba a punto de tomar un colectivo rumbo a Rosario, junto con la joven que fue devuelta a sus familiares.

FUENTE: El Litoral

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