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Tercera convocatoria nacional por #NIUnaMenos

Con globos negros y cintas violetas, una multitud marchó contra el machismo. Salió desde el Congreso hacia Plaza de Mayo. Pidieron que el Estado se comprometa más para frenar la violencia. 

 

Una multitud volvió a gritar Ni Una Menos, porque a pesar de los reclamos y las denuncias las mujeres siguen siendo víctimas de todo tipo de abusos, porque las mujeres siguen siendo asesinadas. Sólo el año pasado hubo 290 femicidios, y en este 2017 los asesinatos no han bajado en su promedio de uno cada 30 horas. Hay registros que dicen que ya son 133 las muertas. Así, dos años después de la primera gran manifestación en contra de la violencia machista, el reclamo se redobla, porque no se vislumbran acciones concretas ni siquiera para frenar las muertes.
Con globos negros y cintas violetas, una multitud marchó contra el machismo
Una multitud en la Plaza de mayo.
Así, las mujeres, y esta vez muchos varones y familias, tomaron las calles. Y protestaron, con carteles, canciones, con sus cuerpos pintados. “La libertad de las mujeres es la libertad de todos”, “Disculpen las molestias pero nos están matando”, “Basta de patriarcado y que nos digan qué hacer”, “Frente al machismo ni un paso atrás”, “Quien ama no maltrata ni humilla ni mata”, “Yo elijo cómo me visto y con quién me desvisto”, “La violencia machista nos mata, la ausencia del Estado también”, “Los prostíbulos son centros clandestinos de violación”. Y tantas canciones: “Se cuidan, se cuidan los machistas, América Latina va a ser toda feminista”, “Por el aborto legal vamos a luchar, vamos a luchar”. Y los tambores de La Chillinga, que sumaron su ritmo en avenida de Mayo y la 9 de Julio.
Con globos negros y cintas violetas, una multitud marchó contra el machismo
Muchas llegaron temprano.
El primer NiUnaMenos se había gestado bajo la indignación del crimen de Chiara Páez, una chica de 14 años que no quiso abortar y por eso su novio la enterró en su patio. El reclamo era de lo más básico y elemental: que no muriera ni una mujer más. Las muertes siguieron como si nada, y así llegó el segundo NiUnaMenos. Y tampoco hubo reacción en este año que pasó. El promedio de muertes se mantiene estable, según la Asociación Civil La Casa del Encuentro, que hace las estadísticas de los femicidios (suman unos 2500 desde 2008). Desde el Estado se prometió un Registro Oficial, y lo hace la Corte Suprema. Pero ese registro no es certero, ya que no incluye los femicidios si el varón se suicida luego de asesinar a la mujer.
Sin estadísticas oficiales no se pueden diseñar políticas públicas efectivas. Ese es un reclamo que se repite en cada una de las marchas. Tampoco hay avances concretos en políticas integrales que contengan a las víctimas de violencia y les permitan seguir con sus vidas y tener trabajo, salud y vivienda. Otro de los reclamos. Ni siquiera se respetan las órdenes de restricción impuestas por la Justicia ante una denuncia por golpes o maltrato. Y por eso siguen muriendo mujeres que han denunciado y tienen restricciones perimetrales. El reclamo es claro: el cartel más visto en todas las marchas es siempre el mismo: “El Estado es responsable”.
Con globos negros y cintas violetas, una multitud marchó contra el machismo
Marcha de Ni una Menos a la Plaza de Mayo Foto: Mario Quinteros
Los grupos de mujeres, sindicatos, gremios, agrupaciones políticas, centros de estudiantes, y también mucha gente que fue por su cuenta, habían comenzado a reunirse en distintos puntos hasta converger a las cuatro en el Congreso. Un grupo había elegido comenzar por Tribunales, para unir simbólicamente los tres poderes del Estado: Judicial, Legislativo y Ejecutivo. Porque para salir de la violencia se necesita una Justicia que responda, leyes y políticas públicas. Llenaron la zona de cintas violetas, bajo la consigna de “la violencia deja marcas, que el Estado las vea”.
También habían globos negros, de luto. En la esquina de Callao y Corrientes estaba Fernanda Chacón con un enorme grupo. Ella fue, es, una víctima. Su ex está preso luego de numerosas denuncias, ya que intentó matarla a ella y a su hijita. Es la tercera marcha de Fernanda, pero ahora también acompaña a otras víctimas, a otros familiares, como Mónica, la mamá de Araceli Fulles, que fue encontrada muerta 25 días después de su desaparición. “Nunca pensé que yo iba a estar en esta marcha, en esta situación, pero acá estoy, de pie, no sólo por mi hija sino por todas las mujeres. A mi hija ya no me la van a devolver, pero ahora quiero Justicia”, dijo Mónica a Clarín. Junto a ellas estaban los padres de Nuria Couto (18) y Natalia Grenbenshicova (16), las dos chicas que fueron asesinadas en octubre pasado en el Parque Irala. También estaban los padres de Micaela García, la chica de 21 años que fue asesinada en abril en Gualeguay. Y las Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, visibilizando los contenidos machistas, sexistas, desvalorizadores y cómo se cuentan las historias. Y tantos otros grupos mostrando sus denuncias, desde el arte, de todas las maneras posibles.
Las quince cuadras que separan el Congreso de la Plaza de Mayo estuvieron repletas, siempre, toda la tarde. A las cinco, la Plaza de Mayo estaba ocupada. Y hasta una enorme bandera de Ni Una Menos con dibujos y consignas colgaba del balcón del Cabildo. De fondo, se escuchaban a los Redondos, el sol iluminaba una casa de Gobierno llena de rejas pintadas con graffities. Un guía de turismo intentaba explicar el lío a un grupo de turistas de Bikking Buenos Aires.
Con globos negros y cintas violetas, una multitud marchó contra el machismo
Marcha de Ni una Menos a la Plaza Mayo Foto: Mario Quinteros
Entonces la voz del Indio se apagó y el escenario armado se colmó de gente. “¡Abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer. Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer!”, cantó la multitud. Nora Cortiñas y Liliana Daunes leyeron un documento. “A dos años del primer Ni una menos seguimos sin tener estadísticas oficiales y serias sobre femicidios que permitan el diseño de políticas públicas efectivas”. “Porque cada vez que una mujer joven desaparece, la organización popular se ocupa de la búsqueda. Ocurrió con Melina Romero y también con Araceli Fulles: tardaron un mes en encontrarlas”. “Por las desaparecidas en las redes de trata, con amplias complicidades de agentes del Estado”. “Por el Estado policial y los femicidios con armas reglamentarias. Porque uno de cada cuatro femicidios se produce con armas de fuego y el Programa Nacional de Desarme está inactivo”. “Porque las respuestas fáciles de “más cárcel, más penas” no sirven, llegan cuando estamos muertas y no hay políticas de prevención”. “Porque se incumple con la ley de Educación Sexual Integral”. “Porque aunque es ley hace dos años, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos no implementó el patrocinio jurídico gratuito para las víctimas y el acceso a la justicia es deficiente”. “Porque el 80% del Plan Nacional de Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la violencia contra las mujeres se va sólo en la construcción de refugios”. “Porque necesitamos aborto libre, legal, seguro y gratuito”.
Con globos negros y cintas violetas, una multitud marchó contra el machismo
Marcha Ni Una menos en la Plaza de Mayo Foto: Mario Quinteros
“Porque nuestras jornadas laborales son, en promedio, tres horas más largas que las de los varones; las tareas de cuidado y reproductivas caen sobre nuestras espaldas y no tienen valor en el mercado de trabajo”. “Porque la desocupación crece dos puntos cuando se habla de mujeres, porque la brecha salarial es, en promedio, de un 27%”. ”Ni Una Menos es grito y abrazo común que hace temblar cada uno de los espacios de nuestras vidas y desborda en las calles. Somos frágiles pero juntas y estando para nosotras nos hacemos poderosas”. Y el grito final de siempre: “¡Ni Una Menos! ¡Vivas y libres nos queremos!”.

FUENTE: CLARÍN

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