El juez consideró que las pruebas aportadas por la fiscal fueron suficientes para convertir la detención de los tres imputados en prisión preventiva sin plazo. El magistrado, además argumentó su resolución con el peligro de fuga y el entorpecimiento probatorio que pudieran hacer los acusados en caso de acceder a la libertad.
En el auditorio se encontraba el juez penal dr. José Luis García Troiano; el fiscal regional Dr. Carlos Arietti; la fiscal asignada a Tostado, dra. Sonia Bustos, y la defensora pública dra. Romina Cristóbal.
Dentro del público, asistieron familiares de Luis Alberto Martínez, empleados “Tostado repuestos”, y varios vecinos que se dieron cita para presenciar el desarrollo de la audiencia. Asimismo, estaba presente una mujer que se identificó como pareja del mayor de los hermanos detenidos.
Por el espacio de una hora, la fiscal desplegó el caudal probatorio recolectado a un poco más de una semana del homicidio, basándose especialmente en numerosas entrevistas. “Las testimoniales tomadas corresponden a personas que no se conocen entre sí y que fueron coincidentes con los dichos y con datos precisos”, haciendo lectura de algunos extractos de las mismas, citando el nombre de cada uno de las personas que declararon.
El supuesto autor del disparo
En cada uno de ellos, partió de la premisa de que todos ubicaron a los hermanos en Tostado el día del asesinato. Otro punto que remarcó es que el acusado de ser el ejecutor del disparo que provocó la muerte de Martínez, había –siempre según los dichos recabados- expresado en diversos lugares y oportunidades que “venía a hacer un caño a Tostado –robo a mano armada- para después ir a cometer una entradera en Bandera”. Al respecto, Bustos mencionó además que la propia fiscal de Añatuya se comunicó, para seguir el rastro del mayor de los hermanos porque aguardaban el “golpe” en Bandera.
En su exposición, la fiscal de Tostado mencionó que diversos testimonios relataron lo posterior al asesinato. “Andaba buscando ropa y un lugar para bañarse porque estaba manchado con sangre y tenía que irse a Bandera”
En su reconstrucción del hecho, Bustos señalo la probable autoría del imputado, quien recibió el dato de que Lucho Martínez era portador de dinero, por parte de la femenina tostadense; que aguardó fuera del local comercial de la víctima –según algunos testimonios- y que lo siguió hasta una estación de servicio para finalmente aguardarlo en la casa. Allí sorprendió a la víctima, y “si bien en esta instancia, con las pruebas precarias logradas hasta el momento, no se puede determinar si lo mato para robarle o le robó y ante el enojo de no obtener todo el dinero que pensaba, lo mató”. “Le disparó de frente, provocándole la muerte”.
“Después de ahí estuvo tomando en un kiosco en el que se juntan todos, en barrio suroeste, en calle Venezuela. En las declaraciones varios dijeron que pagó las bebidas con lo que le robó a Martínez -1000 pesos del bolsillo y 850 de la camioneta-“.
¿La entregadora?
En cuanto a la mujer detenida, la fiscal sostuvo que fue ella quien proveyó de la información “como ocurrió en el caso a la familia en Tostado donde también ella dio el dato”; momento ene l que la imputada interrumpió a la funcionaria diciendo que era porque fueron a comprarle droga.
Con el orden pedido por sus señoría, la fiscal retomó su relato y se refirió a una testimonial de un sujeto: “mandé a una pibita a comprarle faso y ella le dijo: Anduvo R.G. –mencionando el apodo del imputado-, quería hacer plata; le dije de Martínez”, remitiendo luego a otra parte de la declaración: “Che, ¿viste lo que le pasó a Lucho? Pensé que le iba a robar no a matar”.
Al margen del caso del homicidio, Bustos se refirió a la condena que cumple la femenina, por tenencia y comercialización de estupefacientes “teniendo el privilegio de la prisión domiciliaria, queda acreditado que continúa con la actividad delictiva, aunque esa cuestión no es de nuestra competencia”.
El acusado de “campana”
Acerca del menor de los hermanos imputados, la fiscal lo ubicó en el lugar de “campana” en el hecho de Martínez y autor en el robo de la familia en Tostado.
“Si bien no hay testimonios tan precisos en su contra, se entiende que el acompañaba siempre a su hermano, sabia de su actividad delictiva y hasta participaba en la repartición de tareas”.
La defensa
A su turno, la defensora pública dra-. Romina Cristóbal, desestimó los testimonios como suficientes para mantener la imputación y mucho más para extender la detención de sus defendidos, aunque no presentó alternativas a la prisión preventiva.
“No hay evidencia directa ni se puede establecer que hayan estado en Tostado ese día”, cuestión que tampoco pudo refutar con pruebas. “Se vincula por una modalidad y en el caso del robo a la brigada antidrogas por el testimonio de una menor. Todos son dichos de que alguien dijo que escuchó”.
Este punto fue respondido directamente por el fiscal regional que avaló la importancia de los testimonios y se basó en material bibliográfico judicial que así lo considera.
Por su lado la fiscal indicó que “se está en una instancia penal preparatoria, hay cuestiones que se están investigando y que más quisiera este Ministerio Pùblico que tener ya inclusive el arma pero es lo que a esta altura se ha logrado”.
El dictamen del juez
El magistrado resolvió que el caudal probatorio era suficiente –en esta instancia- para establecer la probable autoría para transformar la detención de los tres imputados en prisión preventiva sin plazo.
Fundó su dictamen en el peligro de fuga de los acusados en el caso de acceder a la libertad, como también en el entorpecimiento probatorio que podrían generar de obtener el privilegio.
La medida quedó sujeta a una posible apelación de la defensa.
Por lo pronto, los tres imputados, M.C.T. de 37 años de edad, y los hermanos K.S.S. de 19 y R.M.G. de 22.