La institución nació un 21 de Julio del año 2008, por inquietud de un grupo de padres de chicos con capacidades diferentes,  que residen en el lugar con la atención y cuidado de profesionales.

La iniciativa surgió por la necesidad de tener un lugar para alojar tres chicas que no tenían un hogar seguro que cubra las necesidades de cada una de ellas ya que sus familias no contaban con los recursos para atenderlas. Fue así que la Asociación de padres del Centro de Día El Ángel de la Guarda comenzó a gestar  con mucho esfuerzo y superando burocracias, el sueño de contar con el edificio propio, cristalizado en el 2015.
“El Hogar  es una ONG que se mantiene en el tiempo, gracias al esfuerzo de gente comprometida, quienes todos los días ponen en práctica su profesionalismo y compromiso, respondiendo a las necesidades de cada chico que durante la semana queda alojado en el establecimiento”, manifestaron durante una entrevista Fabiana Bisio, coordinadora de direcciones «El Ángel de la Guarda», Marita Ruiz de Genovese, presidente de la Asociación de Padres de chicos con discapacidad y Belén Gaitán, Directora del la institución.  “En un principio el Hogar, comenzó a funcionar en el edificio del Club de Leones, con un grupo reducido de concurrentes. Mientras tanto se gestionaban recursos a través del la Subsecretaría de Inclusión  para Personas con Discapacidad, que en ese momento estaba a cargo de Silvia Tróccoli, para la construcción del edificio propio porque nos dábamos cuenta que muchos chicos necesitaban un lugar con las características y el cuidado que ofrece el organismo».
«Hoy nos da mucho orgullo contar con este espacio, donde los chicos son contenidos y se desarrollan dentro de un clima familiar. Ellos  comparten cada día actividades pero también conocen de límites como cada hogar. La rutina comienza a las 7:30 hs. cada uno con ayuda del asistente se levanta y se prepara para asistir al Centro de Día donde desayunan; luego realizan diferentes actividades recreativas en talleres manuales y físicos  que dictan los capacitadores. Después  comparten el almuerzo y una vez finaliza esta rutina vuelven al hogar donde las actividades siguen condicionadas muchas veces por el clima y  al estado de ánimo de cada uno».
«Para funcionar, el hogar tiene que respetar una serie de requisitos”, explicó Bisio “porque cada tanto hacen una inspección para ver si reúne las condiciones para albergar a chicos con capacidades diferentes; es por eso que estamos siempre atentos a cada detalle edilico y al plantel de profesionales que trabaja, el cual esta conformado por un médico, un psicomotricista, un kinesiólogo, enfermeras, asistente social, entre otros».
Felicidades «ángeles» por muchos años más.