El jefe de Estado hizo un discurso de 60 minutos que utilizó para describir sus prioridades en el gobierno y proponer un nuevo acuerdo social que primero beneficie a los sectores más castigados por la crisis económica.
1. Los argentinos hemos aprendido así, que las debilidades y las insuficiencias de la democracia solo se resuelven con más democracia. Por eso hoy quiero iniciar estas palabras reivindicando mi compromiso democrático que garantice entre todos los argentinos, más allá de sus ideologías, la convivencia en el respeto a los disensos.
2. Desde la humildad de esa escucha, y desde la esperanza que millones de compatriotas han expresado en las urnas el pasado 27 de octubre, vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un Nuevo Contrato de Ciudadanía Social.
3. Un contrato social que sea Fraterno y Solidario. Fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente. Solidario, porque en esta emergencia social, es tiempo de comenzar por los últimos, para después poder llegar a todos. Este es el espíritu del tiempo que hoy inauguramos. Con sobriedad en la palabra y expresividad en los hechos. Los vengo a convocar, sin distinciones, a poner a la Argentina de pie. Para que comience a caminar. Paso tras paso. Con dignidad. Rumbo al desarrollo con justicia social.
4. Hoy más que nunca, es necesario poner a la Argentina de pie como condición necesaria para que vuelva a caminar. Ello supone, antes que nada, recuperar un conjunto de equilibrios sociales, económicos y productivos que hoy no tenemos.
5. Es hora de abandonar el aturdimiento. Ser conscientes de que las profundas heridas que hoy padecemos necesitan, para comenzar a curarse, de tiempo, sosiego, y, sobre todo, de humanidad. Quiero convocar a esta Argentina Unida a desplegar una nueva mirada de humanidad, que reconstruya los vínculos esenciales entre cada uno de nosotros.
6. Por eso mismo, tengo la necesidad de compartir con Ustedes la convicción que siento en este momento, acerca de los grandes muros que tenemos que superar para poner a la Argentina de pie. Tenemos que superar el muro del rencor y del odio entre argentinos. Tenemos que superar el muro del hambre que deja a millones de hombres y mujeres afuera de la mesa que nos es común. Y, finalmente, tenemos que superar el muro del despilfarro de nuestras energías productivas.
7. Estos muros, y no nuestras ideas distintas, son los que nos dividen en este tiempo histórico. Por eso quisiera que estas palabras no fueran un monólogo, sino la invitación a una reflexión profunda y sincera acerca de este momento trascendental. Superar los muros emocionales, significa que todas y todos seamos capaces de convivir en la diferencia y que reconozcamos que nadie sobra en nuestra Nación, ni en su opinión, ni en sus ideas, ni en sus manifestaciones. Tenemos que suturar demasiadas heridas abiertas en nuestra Patria. Apostar a la fractura y a la grieta significa apostar a que esas heridas sigan sangrando. Actuar de ese modo, sería los mismo que empujarnos al abismo. Lo expreso desde el alma, tanto a quienes me votaron como a quienes no lo hicieron. No cuenten conmigo para seguir transitando el camino del desencuentro.
8. Quiero ser el Presidente capaz de descubrir la mejor faceta de quien piensa distinto a mí. Y quiero ser el primero en convivir con él sin horadar en sus falencias. Quiero ser capaz de corregir mis errores, en lugar de situarme en el pedestal de un iluminado.Yo vengo a invitarlos a construir esa sociedad democrática.
9. El sueño de una Argentina unida no necesita unanimidad. Ni mucho menos uniformidad. Para lograr el sueño de una convivencia positiva entre los argentinos, partimos de que toda verdad es relativa. “Tal vez de la suma o la confrontación de esas verdades podamos alcanzar una verdad superadora”, supo decir con acierto Néstor Kirchner.
10. Al decir esto no ignoro que los conflictos que enfrentamos expresan intereses y pujas distributivas. Pero también soy consciente de que, si actuamos de buena fe, podemos ser capaces de identificar prioridades urgentísimas y compartidas para acordar después mecanismos que superen aquellas contradicciones. Más allá de las diferencias, estoy seguro de que todas y todos coincidimos en que comenzar a superar el muro de las fracturas de la Argentina implica crear una ética de las prioridades y las emergencias.
11. Comenzando por los últimos, para llegar a todos.Más de 15 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria en un país que es uno de los mayores productores de alimentos del mundo. Necesitamos que toda la Argentina Unida le ponga un freno a esta catástrofe social. Uno de cada dos niñas y niños es pobre en nuestro país.
12. Sin pan no hay presente ni futuro. Sin pan la vida solo se padece. Sin pan no hay democracia ni libertad.
13. Pero no sería sincero ante Ustedes si no compartiera otra convicción: los marginados y excluidos de nuestra Patria, los afectados por la cultura del descarte, no sólo necesitan que le demos con premura un pedazo de pan al pie de nuestra mesa. Necesitan ser parte y ser comensales en la misma mesa. De la mesa grande de una Nación que tiene que ser nuestra “casa común”.
14. Queremos un Estado presente, constructor de justicia social, que le dé aire a las economías familiares: por eso vamos a implementar un sistema masivo de créditos no bancarios que brinde préstamos a tasas bajas. La economía popular y sus movimientos organizados, el cooperativismo y la agricultura familiar serán también actores centrales de estas políticas públicas.
15. La idea de un Nuevo Contrato de Ciudadanía Social supone unir voluntades y articular al Estado con las fuerzas políticas, los sectores productivos, las confederaciones de trabajadores, los movimientos sociales, que incluyen al feminismo, a la juventud, al ambientalismo. Vamos a sumar en ello, también al entramado científico-tecnológico y a los sectores académicos.
16. Tenemos que decirlo con todas las letras: la economía y el tejido social hoy están en estado de extrema fragilidad, como producto de esta aventura que propició la fuga de capitales, destruyó la industria y abrumó a las familias argentinas. En lugar de generar dinamismo, hemos pasado del estancamiento a una caída libre.
17. Apelo a la responsabilidad y el patriotismo de todas y todos. Recibimos un país frágil, postrado y lastimado. Es la hora de la vocación compartida que busca un país que le ofrezca un destino mejor a todas y a todos.
18. Vamos a encarar el problema de la deuda externa. No hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar, hay que crecer.
19. Buscaremos una relación constructiva y cooperativa con el Fondo Monetario Internacional y con nuestros acreedores. Resolver el problema de una deuda insostenible que hoy tiene Argentina no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie. El país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo.
20. Argentina necesita poner fin a una estructura que muestra un país “central” rico y pujante y un país “periférico” que busca desarrollarse a partir de las mínimas concesiones que el país “central” entrega. No pueden haber argentinos de primera y argentinos de segunda. Argentina es una sola y mancomunadamente debe propender al desarrollos de todas y cada una de sus regiones. Ese es el desafío que enfrentamos y debemos superar.
21. Seguimos apostando por una América Latina unida, para insertarnos con éxito y con dignidad en el mundo. En 1974, el general Juan Domingo Perón señalaba que “a niveles nacionales, nadie puede realizarse en un país que no se realiza. De la misma manera, a nivel continental, ningún país podrá realizarse en un continente que no se realice”.
22. Reafirmamos nuestro más firme compromiso con el cumplimiento de la Cláusula Transitoria 1ra de la Constitución Nacional y trabajaremos incansablemente para potenciar “…el legítimo e imprescriptible reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes…”.
23. Lo haremos sabiendo que nos acompañan los pueblos de América Latina y el mundo y convencidos de que el único camino posible es el de la paz y la diplomacia. Honraremos la memoria de quienes cayeron en la lucha por la soberanía. Lo haremos trabajando por la resolución pacífica del diferendo y sobre la base del diálogo que propone la Resolución 2065 de las Naciones Unidas.
24. No hay más lugar para colonialismos en el Siglo XXI.
25. Una democracia sin justicia realmente independiente no es democracia. Supo decir un penalista clásico, que cuando la política ingresa a los Tribunales, la justicia escapa por la ventana. Sin una justicia independiente del poder político, no hay república ni democracia. Solo existe una corporación de jueces atentos a satisfacer el deseo del poderoso y a castigar sin razón a quienes lo enfrenten. Hemos visto el deterioro judicial en los últimos años. Hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por los gobernantes y silenciadas por cierta complacencia mediática.
26. Por eso hoy vengo a manifestar frente a esta Asamblea y frente a todo el Pueblo Argentino, un contundente Nunca Más. Nunca Más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, “operadores judiciales”, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno. Nunca más a una justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno. Lo digo con la firmeza de una decisión profunda: Nunca más es nunca más. Porque una justicia demorada y manipulada significa una democracia acosada y denegada.
27. Queremos una Argentina donde se respeten a rajatabla la Constitución y las leyes. Queremos que no haya impunidad, ni para un funcionario corrupto, ni para quien lo corrompe, ni para cualquiera que viola las leyes. Ningún ciudadano por más poderoso que sea está exento de la igualdad ante la ley. Y ningún ciudadano, por más poderoso que sea, puede establecer que otro es culpable si no existe debido proceso y condena judicial firme.
28. Lo digo y reitero con la firmeza de una convicción profunda. Nunca más al Estado secreto. Nunca más a la oscuridad que quiebra la confianza. Nunca más a los sótanos de la democracia. Nunca más es nunca más.
29. Ciudadanizar la democracia también es respetar la libertad de expresión y todas las opiniones emitidas a través de los medios masivos de comunicación. En tiempos de operaciones de intoxicación con noticias falsas a través de las redes sociales, necesitamos más que nunca de medios vibrantes, comprometidos con la información de calidad. Los medios están hoy inmersos en un cambio tecnológico exponencial que, al interpelarlos, también interpela a nuestra democracia. Nuestro Gobierno asume el compromiso de acompañarlos con independencia en esta transición. Y de consolidarlos como una gran industria del conocimiento.
30. Pondremos todos los esfuerzos necesarios para universalizar la educación de la primera infancia, para que todas nuestras niñas y niños, desde los 45 días hasta los 5 años aprendan, jueguen y convivan en ese espacio fundamental para su futuro como personas y para nuestro futuro como nación que es la escuela. No descansaremos hasta que un niño en una zona rural tenga el mismo acceso a una educación transformadora que una niña de un centro urbano, viva en el punto del país que viva. Hoy existen regiones en donde 3 de cada 10 chicos no comienzan su escolaridad antes de los 5 años y otras donde la mitad no lo hace antes de los 4.
31. Ni una Menos debe ser una bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la república. El Estado debe reducir drásticamente la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación.
32. En un contexto de gravedad extrema, de emergencia, debemos comprender que no existe la posibilidad de pedirle sacrificios a quien tiene hambre, no se le puede pedir sacrificios a quien no puede llegar a fin de mes. Debemos salir de esta situación con solidaridad, para que cuando se encienda la economía todos los sectores, sin excepción, puedan verse beneficiados. Pero hasta eliminar el hambre le pediremos mayor esfuerzo solidario a quien tenga más capacidad de darlo.
33. Comenzar por los últimos, para llegar a todos.
34. La primera y principal liberación como país es lograr que el odio no tenga poder sobre nuestros espíritus. Que el odio no nos colonice. Que el odio no signifique un derroche de nuestras personas viviendo en comunidad.
35. Días atrás un amigo me señalaba la importancia de todo ello en el futuro que se avecina. Tenía razón al decir que tenemos que aprender a escucharnos aun sabiendo que no pensamos los mismo. Demasiado tiempo probamos el método del enojo y del rencor. Todas y todos debemos despojarnos del rencor que cargamos. Volvamos a ganarnos la confianza del otro. Volvamos a confiarnos entre nosotros.
FUENTE: INFOBAE