La mesa estaba lista. El asado humeaba en el patio, mientras los comensales ingerían un vino tinto como aperitivo. Había risas y anécdotas de por medio que acompañaban la reunión. Todo aparentaba ser el escenario de un encuentro entre amigos o de familiares. Sin embargo, el asado se estaba realizando en la comisaría y los protagonistas eran un jefe policial y tres detenidos.
El escándalo sucedió en la sede de la Comisaría Comunitaria Nº 45 del barrio El Vinalar, en la zona sur de la ciudad Capital. Alrededor de las nueve de la noche del sábado pasado, los presos y el segundo jefe de la dependencia se sentaron a degustar el asado en el fondo de la comisaría.
La grave irregularidad trascendió el perímetro de la sede policial. La “noticia” llegó hasta la Jefatura de Policía, a través de fotografías y videos casi al instante. Una de las máximas autoridades de la fuerza de seguridad santiagueña se trasladó de inmediato hasta la Comisaría 45, donde corroboró personalmente la situación y puso inmediatamente al subcomisario, de apellido Díaz, en disponibilidad preventiva. Le retuvieron el arma de fuego y la credencial, además de informarle que debía presentarse en la Jefatura para informarle sobre el sumario administrativo que se le iniciará. En tanto, los reos volvieron a los calabozos, de donde no debían haber salido.
Como parte del sumario administrativo, casi inmediatamente se recibieron testimonios de todos los suboficiales y oficiales que se encontraban de guardia y que contaron el irregular hecho de esa noche y todo lo que se vive en la comisaría.
Más incidentes en esa dependencia
La Comisaría 45ª fue escenario, hace pocos meses, de un gran operativo policial. El 24 de junio se produjo un motín de los detenidos, ocasión en la que prendieron fuego las colchas y colchones. En esa circunstancia, dos de los reos saltaron la tapia y se dieron a la fuga. Uno de los presos fue recapturado en las inmediaciones, aunque el otro desapareció. Pocos días después se entregó en la ciudad de La Banda, donde se ocultaba en la casa de una familiar.
Un día antes de este episodio, ocurrió otro, casi de la misma gravedad. Un suboficial le colocó el caño del arma de fuego en la cabeza a un oficial de servicio, quien le había cuestionado que estaba durmiendo mientras debía custodiar a los reos.
Otro subcomisario en disponibilidad
Otro jefe policial protagonizó, a principios de julio pasado, otro incidente grave. Un subcomisario que era segundo jefe de la Comisaría Comunitaria Nº 5 del barrio Jorge Newbery protagonizó un accidente de tránsito en jurisdicción de la Seccional 4ª. El funcionario presentaba un aparente aliento etílico, sus palabras eran inentendibles y su caminar errático. Les pidió a sus colegas no ser tratado como delincuente, pero se negó al control de alcoholemia. Puso en marcha el vehículo, se dio a la fuga y se atrincheró en su despacho de la dependencia policial.
Actualmente, el subcomisario se encuentra en disponibilidad preventiva y avanza el sumario administrativo en su contra.
FUENTE: Nuevo Diario