Violencia de género Es la beba que sobrevivió en una alcantarilla junto al cadáver de su madre. Ayer apartaron al fiscal del caso. La familia encabezó una marcha y denunció complicidades. El padre de la nena sigue preso.
Treinta y seis horas después de haber sido rescatada de una alcantarilla junto al cadáver de su madre, Martina sigue internada en grave estado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital de Niños de Córdoba y pide por su mamá: “Nos mira y nos dice ‘mamá’, ‘mamá’ , nos tira los bracitos buscando a mi hermana; quiere estar con su mamá ”, contó Marina Acosta, tía de la beba de un año y 9 meses, y hermana de Paola, la mujer que fue hallada muerta el domingo.
El lunes, en medio del velorio de la mujer, llegó el fiscal General de Córdoba, Alejandro Moyano, y se puso a disposición de sus familiares. En persona les informó que el fiscal Miguel Oyahanarte había sido desplazado de la investigación por el femicidio y que quedaba a cargo Eve Flores, una fiscal especialista en temas de género, quien el sábado ya había ordenado una serie de allanamientos y la detención de Gonzalo Lizarralde (33), padre biológico de Martina, y único imputado por el crimen.
Fuentes de la investigación confirmaron que la autopsia determinó que Paola recibió cuatro puntazos que resultaron fatales, dos en el cuello y dos en el tórax. En tanto que las heridas sufridas por la beba se habrían producido cuando su mamá quiso defenderla.
Luis Acosta –papá de Paola y abuelo de Martina– apuntó que el sospechoso “es un hombre de mucho poder” y criticó a Oyahanarte: “Con mi familia estábamos muy preocupados por mi hija y mi nieta.
Y al fiscal se lo veía muy tranquilo; nos dijo que no podía imputarlo a este ‘chacal’ sin pruebas, ni llamarlo como testigo porque después no podía imputarlo. Nos dijo que tenía que seguir los protocolos y que mi hija se podría haber ido por su cuenta, que había que esperar 48 horas”.
El hombre teme que Lizarralde “entorpezca la investigación” y sospecha junto que a Martina la tuvieron retenida y horas antes de ser encontrada, fue arrojada a la alcantarilla donde el domingo a la mañana apareció el cadáver de Paola: “Tiene que haber más gente implicada además de él. Calculo que después de la detención de este muchacho la llevaron y la dejaron ahí. Que la Justicia se aboque a eso y queden todos detenidos”.
El lunes a la tarde, en una marcha con más de 3.000 personas que terminó frente al edificio de Tribunales I, Luis Acosta ratificó sus sospechas; y su hija Marina volvió a reclamar la destitución de Oyahanarte: “ Es uno de los principales responsables de la muerte de mi hermana por su inacción. Yo pido su renuncia, no que lo aparten”, aseguró la joven.
Se conoció uno de los últimos SMS que el sospechoso le envió a la víctima antes de buscarla en su departamento de barrio San Martín: “Te llevo la plata, un peluche para Martina y algo más…”. Lizarralde habría realizado una rudimentaria tarea de inteligencia antes de verse con la mujer asesinada: “Le preguntó rutinas, la hora en que se acostaban sus hijos adolescentes y si en el departamento vivía sola o también estaba yo acompañándola”, aseguro Marina Acosta. En tanto, el abogado Sebastián Maccari Gaido, defensor del acusado, dijo que Lizarralde “sigue clamando su inocencia” y “está conmovido por la situación”.
“Estaba acostada, como dormida y me miró con ojos de espanto ”
Lo contó el hombre que se metió dentro de la boca de tormenta para rescatar a Martina.
“Vení, la mami ya viene”, le dijo Alejandro Taborda (54) a Martina, tratando de tranquilizar a la beba cordobesa de un año y nueve meses que sobrevivió sumergida en una alcantarilla, abrazada a su mamá Paola Acosta (36) que había sido asesinada a puñaladas.
El domingo, a las 8 de la mañana, una empleada de una panadería de Igualdad y Zípoli, en barrio Villa Urquiza estaba barriendo la vereda junto a la alcantarilla, cuando vio una zapatilla que salía del hueco. Al acercarse, se horrorizó porque vio la mano de una mujer. Era Paola Acosta, quien estaba desaparecida junto a su hija Martina, desde la noche del miércoles 17. Conmocionada, la empleada llamó a la Policía, un agente intentó meterse a la boca de tormenta pero no pudo por su contextura física. Entonces Taborda, que es vendedor ambulante, se ofreció a rescatar a la beba: “Me ayudaron a bajar. Vi el cuerpo de la mujer y la nena acostada sobre el pecho, como dormida. Me miró con ojos de espanto. Le dije ‘vení, la mami ya viene’, y la saqué”, le contó a la radio Cadena 3. Y agregó que Martina “estaba toda embarrada. Se largó a llorar. Se la di al oficial, le pusieron una campera y la calmaron”.
La situación de la nena es delicada. El director del Hospital de Niños, Néstor Perotti, explicó: “Martina presenta heridas punzo cortantes en la base del cuello, en el tórax y en el dorso. No están en buenas condiciones y las consideramos infectadas”. Agregó que “las lesiones fueron provocadas con elementos punzantes y filosos”, aunque no pudo determinar si fueron hechas intencionalmente: “Eso lo determinará la Justicia”, señaló.
El secretario de Salud provincial, Daniel Pizzi, confirmó que “ neurológicamente no está bien, tiene una infección aguda.
Sospechamos que además de haber ingerido agua contaminada, las heridas complican su situación: la infección puede generalizarse y ser letal. Martina es sometida a un shock de antibióticos y tratamos de estabilizarla, pero la tarea es complicada porque no quiso comer”.
“Las placas y la tomografía indican que no tiene fractura de cuello de fémur, sino que sufrió un aplastamiento sobre el muslo y eso provoca que se liberen sustancias que bloquean al riñón”. Sin embargo, Pizzi es optimista: “Las posibilidades de recuperación de los niños son fabulosas. Hay que ser cautos. La gravedad se da por complicaciones a futuro, tanto neurológicas, como renales o infecciosas”.
FUENTE: Clarin