Varias mujeres cayeron en manos de este cordobés, amante de los tatuajes. La investigación minuciosa terminó con el acusado detenido.
Un hombre está acusado de haber obligado a una menor de 16 años a prostituirse en la ciudad de Selva, departamento Rivadavia y Morteros, provincia de Córdoba.
Se trata de un sujeto que tatuaba con su nombre -Marcelo “Cabezón” Gauna- a las mujeres a las que obligaba a tener relaciones sexuales con otros, en prostíbulos de Morteros, en Córdoba y en la localidad santiagueña de Selva, en el límite con Santa Fe.
Fanático de los tatuajes, detrás de la oreja Gauna lleva escrito “840”, el número del edicto policial porteño que en el siglo pasado penaba a rufianes o proxenetas. La imputación es por “facilitación y promoción de la prostitución agravada”. En esta semana fue condenado y la pena, de quedar firme la condena es de 10 años de prisión.
Cuando tenía 14 años SCA conoció a Gauna en un boliche de Monteros. La sedujo, la convenció para vivir juntos y tuvieron una hija; recién poco antes de cumplir los 18 pudo escapar y se animó a denunciarlo. Contó que a los 16 Gauna la llevó a una whiskería en la localidad de Selva, provincia de Santiago del Estero, para prostituirla y cuando se dieron cuenta que era menor, la sacó y la llevó a Santa Fe. “Nunca vio dinero, le pagaban directamente al imputado”, apuntaron los investigadores durante la instrucción. “Gauna lo que hacía era enamorar a las mujeres, mantener una relación sentimental y las obligaba a prostituirse, en el hotel España de Mortero, o en prostíbulos de Santiago y Santa Fe”, dijo Facundo Trotta, el fiscal a cargo de la acusación durante el debate oral.
Pero SCA no fue la única víctima de Gauna. Ante el Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba, ASB contó que desde que tenía 18 años, entre 2007 y 2012, este hombre la explotó sexualmente. “Aprovechando su relación sentimental, su situación de convivencia y de vulnerabilidad económica, mediante el uso de amenazas de golpes y de muerte mediante armas de fuego”, explicaron los investigadores. Con ella el proxeneta también tuvo un hijo y durante las audiencias, reconoció que son 14 los niños que concibió, con distintas mujeres.
“Nunca mandé a prostituirse a nadie, me dedicaba a la droga y yo no les hacía faltar nada”, dijo Gauna en oportunidad de dirigirse al TOF2, antes de conocer la sentencia
En el debate, la licenciada Verónica Cuello, que entrevistó a las víctimas durante la instrucción también lo desmintió. Contó que, cuando no las llevaba a los prostíbulos, Gauna las “hacía trabajar en la ruta y las golpeaba cuando no llevaban el dinero que esperaba”.
FUENTE: Nuevo Diario