Los más de 80 milímetros de lluvia caída pusieron al pueblo al límite de una situación muy complicada. Desde diciembre hasta la fecha ya cayeron 700 milímetros, siendo que el promedio anual de 800.
A las seis de la mañana aproximadamente las precipitaciones se hicieron presentes en la ciudad, lloviendo intensamente hasta al mediodía lo cual complica mucho el panorama, con calles inundadas y napas subterráneas colapsadas.
El intendente Guillermo Novara sostuvo que: “La situación es difícil las lluvias continúan y las consecuencias están a las claras. Tenemos las napas sumamente altas, los árboles se están cayendo, tenemos casas en las que sus cimientos están cediendo y, por lo tanto, se rajan, los pozos ciegos están colapsados y se mezcla el agua potable de los aljibes con la contaminada de las napas”.
“Los pronósticos no son alentadores y los campos de la vuelta no están pudiendo sembrar. No hay una solución a corto plazo. A pesar de los trabajos de canalización y demás, logramos sacar el agua de la superficie pero las napas son las que nos están trayendo los graves problemas. Esperemos que no siga lloviendo”, amplió el primer mandatario banderense.
Novara explicó entonces que por lo inestable del piso es imposible brindar servicios esenciales como el de agua y atmosférico: Se tuvo que reducir el caudal de agua para no seguir inyectando tanto líquido a la napa.
En Añatuya la intensa lluvia caída rondo los 60 milímetros y provocó que los desagües pluviales colapsarán, quedando muchas calles anegadas y complicando la circulación de los vehículos.
FOTO: Diario Panorama