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La importancia de mantener la cadena de frío de los alimentos en verano


 

La importancia de mantener la cadena de frío de los alimentos en verano

También se debe controlar fecha de envasado y vencimiento de los productos. Las frutas y verduras son la mejor opción para llevar a la playa porque no requieren refrigeración y aportan vitaminas, minerales y una importante cantidad de agua. Tips para una alimentación saludable.

La llegada de la estación más cálida del año y el traslado a lugares de veraneo nos obliga a estar más atentos a la manera de hidratarnos y de alimentarnos, y a poner mayor cuidado en la manipulación y traslado de los alimentos, en especial, de aquellos que requieren refrigeración –como es el caso de leches, yogurt, quesos, sándwiches y carnes–, para evitar la multiplicación de bacterias peligrosas para la salud, causantes de las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA).

“Durante la temporada de calor, es necesario extremar los cuidados al momento de preparar, cocinar y almacenar los alimentos porque es una manera más de cuidar nuestra salud”, advirtió el titular de la cartera sanitaria nacional, Juan Luis Manzur, al tiempo que alertó que “en verano suele incrementarse el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por alimentos, debido a que por las altas temperaturas y la humedad ambiente estos productos son más susceptibles al desarrollo microbiano si se corta la cadena de frío”.

Las ETA se producen luego de consumir alimentos o beber agua que contiene contaminantes peligrosos para la salud, manifestándose en diarreas, vómitos o dolores semejantes a los de una gripe, unas horas o inclusive días después de la ingesta de los mismos.

Por este motivo, según aconseja la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), organismo dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, es necesario tomar ciertas precauciones como una correcta higiene de los productos frescos y envasados, controlar la buena conservación de los mismos vigilando la fecha de envasado y vencimiento, así como la temperatura a la que deben ser mantenidos.

Para evitar la contaminación de los alimentos al trasladarlos a la playa o a un picnic, debe hacérselo de forma segura en una heladera portátil y protegidos del sol, colocándolos debajo de una carpa o sombrilla. De no ser posible, es conveniente optar por aquellos alimentos que soporten mejor las condiciones de temperatura ambiente como los enlatados, frutas o desecados en vez de lácteos, quesos o sándwiches.

No obstante, los productos que estén listos para consumir no deben permanecer fuera de la heladera por más de una hora antes de ingerirlos, recalentarlos, refrigerarlos o congelarlos, por lo cual se recomienda desechar sobrantes de comida que hayan permanecido sin refrigeración por un tiempo mayor al señalado.

Las frutas y verduras, además deben lavarse cuidadosamente antes de ser ingeridas, para evitar tanto la contaminación microbiana como la presencia de productos químicos.

Consejos para una alimentación saludable

Durante los días de calor, “el cuerpo debe evitar sobrecargar el trabajo digestivo con platos calientes, pesados e hipercalóricos típicos de la época invernal”, subrayó Sebastián Laspiur, titular de la Dirección de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles de la cartera nacional y “reemplazarlos por frutas y verduras de estación, que se caracterizan por ser frescas y ligeras, y se las puede combinar en preparaciones fáciles y rápidas”, detalló el funcionario.

Con una ingesta distribuida en varias comidas al día, además, se pueden aprovechar las frutas y vegetales que se encuentran en el mercado durante esta época, ya que tienen mayor volumen de agua en su composición, así como antioxidantes, vitaminas A, C y E y  betacarotenos. Entre ellas se incluyen: duraznos, pelones, ciruelas, paltas, sandía, melones, tomate, calabaza, zapallito, berenjena, pimiento, pepino, frutillas, cerezas y peras.

Diariamente está recomendado ingerir un mínimo de 400 gramos entre frutas y verduras, lo que equivale a dos porciones de frutas y tres de hortalizas. Al menos dos raciones, deben consumirse crudas, preferentemente con su cáscara.

Respecto a los líquidos, es recomendable tomar no menos de 2 litros a lo largo del día  en sus variantes de agua con o sin gas, jugos y licuados naturales de frutas o verduras. “Hay que tener en cuenta que la sed se presenta cuando ya existe cierto grado de deshidratación, por lo cual es indispensable anticiparse a la sensación de sed”, recordó Laspiur.

Ante las altas temperaturas –concluyó el especialista–, conviene reducir el consumo de bebidas alcohólicas y cafeína e infusiones y comidas muy calientes, debido a que suelen poseer alto contenido en sodio.

Fuente: Infobae

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