Un peculiar manual se basó en una de las característica evidente de ese desecho líquido: el color, al cual es más o menos inevitable y hasta habitual echarle una ojeada.
Cada uno de nosotros es responsable de su propia salud. En La hermenéutica del sujeto, Michel Foucault aseguró que entre los griegos el “Conócete a ti mismo” estaba acompañado de un “Cuídate a ti mismo” que misteriosamente fue desvaneciéndose del pensamiento occidental, a pesar de que en la práctica filosófica y cotidiana, la integridad del sujeto puede entenderse a partir de esa combinación:
[…] uno no puede cuidar de sí sin conocer. El cuidado de sí es el conocimiento de sí – en un sentido socrático-platónico –, pero es también el conocimiento de un cierto número de reglas de conducta o de principios que son a la vez verdades y prescripciones. El cuidado de sí supone hacer acopio de estas verdades: y es así como se ven ligadas la ética y el juego de la verdad.
Desde esta premisa, podemos tomar nuestro cuerpo —apropiarnos de su naturaleza— que son como mensajes destinados a una lectura en función de lo que somos cotidianamente. Por ejemplo, nuestra orina, que tiene mucho que decirnos sobre el estado general de nuestro cuerpo.
Hace poco, en el sitio io9, Esther Inglis-Arkell publicó un peculiar manual a este respecto basado en una característica evidente de ese desecho líquido: el color, al cual es más o menos inevitable y hasta habitual echarle una ojeada una vez que terminamos de excretarlo. A continuación retomamos la guía, adaptándola para nuestros propios lectores.
Rojo
Como muchas cosas en el mundo y la naturaleza, el rojo implica precaución o hasta emergencia. Puede ser que tu orina tenga un color rojizo por algo que comiste o bebiste, pero si no es el caso, es relativamente probable que sea un indicativo de un problema renal. Si solo es por exceso de remolacha, no dejes de consumirlo: son ricos en fibra y vitaminas y bajos en calorías, lo cual lo hace un alimento idóneo para la vida diaria.
Naranja
Un orín color anaranjado también puede ser un signo preocupante. Si es cosa de un día, puede ser a causa de la bilirrubina resultante de la ruptura de la hemoglobina. También puede ser consecuencia de la fenazopiridina, un químico presente en ciertos analgésicos. Sin embargo, si la coloración persiste, podría ser indicio de un falla renal.
Amarillo
Ese ha sido, desde siempre, el color normal de la orina.
Transparente
Contrario a lo que algunas personas piensan tomar mucha agua puede tener algunos efectos negativos. Si tu orina es completamente transparente, es probable que estés tomando demasiada agua. El color de la orina sana tiende más al amarillo dorado que al amarillo transparente.
Verde
Otro color serio. Con cierta frecuencia indica una infección en el tracto urinario causada por la Pseudomonas aeruginosa, una bacteria propia de los hospitales y de personas con sistema inmune debilitado.
Azul
El azul es uno de los tintes menos comunes en nuestro cuerpo e incluso en las sustancias o alimentos que podríamos ingerir. Existe sin embargo una ligera posibilidad de que entres en contacto con azul de metileno, un colorante común en procedimientos médicos como cirugías y procesos antisépticos.
Violeta
La fenolftaleína se encuentra entre muchos laxantes de uso común, por lo cual puede existir un vínculo entre ese químico, el laxante y el color violeta de tu orina. Si no recuerdas haberte laxado recientemente, es posible que se trate de una infección urinaria. La última opción es que el color se deba a tu dieta vegetariana: comer frutas, legumbres y vegetales en abundancia puede volver alcalino el orín, lo cual explicaría su color violeta.
Negro
De todos estos colores quizá el negro sea el menos alarmante (pese a las asociaciones negativas de su simbolismo). Muchos antibióticos tienen químicos que reaccionan con el cloro con que usualmente se limpian los excusados.
FUENTE: Uno Santa Fe