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Rosario: Se fugaron 32 presos de una comisaría tras tomar como escudo a un policía

Los detenidos tomaron como escudo a un policía. Lo dominaron con una chuza al llevarles los almuerzos. Reteniéndolo obligaron a una agente a abrir una segunda reja y salieron de la seccional 15º. La mayoría está imputado por robo calificado y uno solo por homicidio. Siete fueron recapturados.

Un total de 32 presos alojados en el penal de la comisaría 15ª de Rosario, en Sarmiento al 4300, protagonizaron este domingo una de las evasiones más masivas que se recuerden en la ciudad. El escape lo concretaron tras abalanzarse con un arma blanca contra el empleado policial que llevaba las raciones del almuerzo y manteniendolo como escudo con un arma filosa. Así lograron que una empleada policial les franqueara la salida hacia un segundo portón enrejado, según la versión recogida en forma coincidente por los distintos encargados de la investigación, hasta llegar a la calle por la puerta principal.
Siete de los reclusos fueron recapturados en la calle a pocos minutos de la fuga. La mayoría de los presos que escaparon estaban acusados por robo a mano armada y solo uno tenía una imputación por homicidio. Ninguno de los fugitivos tenía condena.
El incidente se produjo cerca de las 13 del domingo cuando en la comisaría había una dotación mínima: según precisó el fiscal regional de Rosario, Jorge Baclini, eran tres empleados los presentes en la seccional: un sumariante que atendía en la guardia en la entrada de la comisaría, un cabo de cuarto encargado del penal policial y una agente. La fuga comenzó a tomar forma cuando el cabo de cuarto se aproximó al penal para llevar las raciones destinadas a los 46 internos que están alojados allí.
El jefe de la Unidad Regional II, José Luis Amaya, explicó que el penal donde están los presos tiene una antesala previa como si fuera un patio enrejado, cuya puerta se cierra con candado. Al trasponer esta primera puerta con barrotes recién se accede a una segunda donde también hay un cerrojo con candado. Amaya precisó que el cabo de cuarto abrió esta segunda puerta para ingresar al penal acercándose a los reclusos mientras su compañera permanecía más lejos, en la antesala, del otro lado de la reja cerrada.
Cuando el cabo de cuarto entró con la comida varios presos lo atropellaron y uno le apoyó un arma punzante tipo chuza en el cuello. Sujetándolo desde atrás el interno caminó hacia la antesala arrastrando al policía que no podía defenderse. «Abrí porque te mato al compañero», contó la agente que le advirtió el preso, ante lo que decidió obedecer. De acuerdo al relato que obtuvo el comisario Amaya, los reclusos infligieron al policía con una herida leve en el cuello y en la espalda. Cuando la empleada abrió el candado la golpearon dejándola tirada en el piso. Así fue que los 32 que decidieron irse, se abrieron paso hasta la guardia y llegaron a la puerta de calle. Hubo 14 que optaron por quedarse.
Tras la fuga desde la seccional avisaron a la Jefatura y de allí al fiscal de flagrancia en turno Patricio Serjal. La Dirección de Asuntos Internos intervino frente al hecho y recogió una versión similar de los policías que la que obtuvieron en la Fiscalía Regional Rosario y el propio Amaya luego al dialogar con los empleados de la 15: todos dijeron que fueron superados por la supremacía numérica de los presos y por el hecho de que hubieran tenido un arma tipo chuza con la que amenazaban la vida del cabo de cuarto.
No obstante el fiscal imputó preliminarmente a los tres policías presentes en la seccional por el delito de facilitamiento culposo (no intencional) de evasión, figura que también abarcó al jefe de la seccional. Hoy estos policías podrían ser llevados a una audiencia imputativa en Tribunales. Amaya señaló que no se hicieron disparos ni hubo robo de armas de fuego. «Fueron versiones iniciales que están descartadas», dijo el jefe de la Unidad Regional.
De inmediato se dispuso un operativo con efectivos de la policía provincial y de la Gendarmería que incluyó el cierre de accesos a la ciudad a fin de dar con los fugitivos.
«En principio fueron rápidamente detenidos siete porque llamaban la atención. Escapaban corriendo con el torso desnudo, algunos con tatuajes que son distintivos orios de la vida carcelaria. También hubo rápidos allanamientos», consignó Amaya.
Al cierre de esta edición efectivos de la Policía de Investigaciones y la TOE habían sido convocados para realizar 24 allanamientos. Los evadidos que quedaban cerca de la medianoche eran 25 pero como dos son hermanos había una orden en conjunto. Contra lo realizado en otras ocasiones las autoridades decidieron no revelar el listado de los fugitivos hasta tanto se realicen los allanamientos.

FUENTE: La Capital

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