Su último viaje

Eso fue lo que significó para José María Belén, el fatídico accidente de este lunes por la mañana, donde fallecieron un total de 10 personas de las 11 involucradas en la tragedia. El conocido y querido chofer de la combi que llevaba a las docentes a sus tareas fue despedido por una multitud.

Los familiares tuvieron que aguardar para llorar sus restos. Recién para las primeras horas de la madrugada de este martes, se dio paso a la dolorosa despedida que culminó esta tarde, a las 16;30 horas cuando el cortejo fúnebre llegó al Cementerio San Salvador.

Para otros, quienes quedaron, se prolongará ese adiós -que será notorio en cada uno de los familiares de las víctimas- que estará tácito cada día, hasta encontrar el modo de sobrellevar el dolor, manteniendo el vivo recuerdo de los buenos momentos.

Tras el accidente, el dolor invadió a la ciudad de Tostado. En principio tuvo lugar el velatorio masivo de las docentes pero no siendo olvidado, luego la comunidad asistió al  “Adiós” a José María Belén.

José nació el 27/04/86. Era oriundo de Estaban Rams; tenía 27 años de edad, y recientemente se había convertido en padre de una niña de apenas 7 meses. Este martes debia realizarse unos estudios ya que le habían confirmado que había rendido bien para ingresar a la policia. Ansiaba alejarse de las peligrosas rutas.

Hacia dos años que vivía en Tostado y un año que se dedicaba al transporte de pasajeros.

Acongojado, su padre, Rubén Belén creyó necesario pedir perdón a los familiares de las víctimas, olvidando que lo que ocurrió fue un cruel accidente.

“El les tenía mucho cariño y respeto a las docentes que viajaban al norte con él”. Imposible pensarlo de otra forma cuando José era quien las retiraba de su hogar, para llevarlas a cumplir la tarea que tanto adoraban: la docencia.

“Mi hijo tenia una vida llena de proyectos y un futuro con su familia; quería a sus pasajeros y siempre se acordaba con mucho respeto de los docentes y reconocía el sacrificio que hacían para estar en sus escuelas. Con mi familia les mandamos un abrazo en estos momentos tan difíciles que nos toca pasar donde hemos perdido a nuestros hijos, hermanos y compañeros”, agregó Rubén junto a su compañera Estela Robledo, madre de José María Belén.

La historia de José pone la atención en quienes pasan sus horas en las rutas, llevando y trayendo, acompañando el sueño de algunos, pero en cada uno de los casos, compartiendo un sacrificio diario que le costó su vida

Que en paz descanse.