Las palabras pertenecen a Pablo Narice, quien perdió prácticamente todo en un incendio que se desató en la vivienda que alquilaba. Conmovedor relato de cómo logró salvar a sus hijos del siniestro.
El voraz incendio se desató este martes en horas de la siesta en una vivienda ubicada en calle Santo Domingo al 1200, la cual era habitada por Pablo Narice -38 años, chofer de ambulancia-; su esposa María Noel Paéz -27, efectivo policial-, Santiago -3 años-, e Isabela -11 meses..
Al momento del siniestro, María Noel se encontraba en servicio, en tanto que su esposo se encontraba al cuidado de los niños, cumpliendo guardia pasiva de sus funciones.
“Estamos muy mal; nos quedamos sin techo, sin nuestras cosas, estamos shokeados”, expresó Pablo este miércoles por la mañana durante un móvil para FM SOON.
En su relato de los hechos, el jefe de familia contó: “Nos acostamos a dormir la siesta; el nene se despierta y me dice que se levanta para ver tele en el comedor; cuando lo veo que está saliendo escucho una de las explosiones…agarré la nena y empiezo a ver humo. Llego al comedor y no lo encuentro, del susto se escondió en la cocina”, reveló. “Rompí la ventana de la desesperación y saque a los dos chicos, los senté en el suelo, volví a entrar, agarre los celulares, el pantalón –porque estaba en ropa interior.; a la tercera vez intente entrar fue imposible. Pensé en el gas, lo corté, y acudí a los vecinos, agradezco a todos los que me ayudaron”, detalló la secuencia terrible que vivió en minutos.
“Llamamos a la policía, llegaron rapidísimo, llegaron los bomberos y empezaron a apagar el fuego. La puerta estaba cerrada, no podíamos ingresar, la tuvimos que romper”. El fuego se combatía desde el interior y desde el techo, y logró ser sofocado, pero consumió todo a su paso.
Consultado por lo que cree originó el siniestro, apuntó a un desperfecto eléctrico que dio paso rápido a que las llamas arrasen con el cielorraso de madera, recientemente barnizado, alimentados por la membrana externa.
A menos de 24 horas de lo que atravesó junto sus hijos, rememoró: “Estaba entre dormido; pensando ahora me doy cuenta que había humo y que cuando me levanté ya no tenía luz por eso creo en el cortocircuito”.
“Pude sacar a mis hijos” de en medio de lo que pudo ser una tragedia, más allá de las cuantiosas pérdidas materiales. “Lo perdimos todos, sacamos unos sillones, y algo de ropa pero no se le puede sacar el hollín que le quedo”.
“Estamos parando en la casa de mis suegros, hasta conseguir un techo; tengo lo poco que salve en la casa de los vecinos; tengo que conseguir un techo donde llevar mi familia, quede muy arruinado económicamente, moralmente”, manifestó. “Ahora tengo que salir adelante por mi familia”, afirmó.
En medio de los preparativos de la celebración de fin de año, aguardando el comienzo de otro, y preparándose para tener unas cortas vacaciones, la familia se quedó materialmente sin nada. “Lo que nos llevó comprar en dos años, se perdió todo. Perdimos los documentos, los papeles del auto, todo, nos quedamos sin nada”.
Hoy la urgencia de la familia pasa por conseguir un lugar donde vivir volver a empezar. Quienes quieran ayudar, podrán comunicarse con Pablo Narice al 3491-505884.