OCURRIÓ LO QUE SE TEMÍA

Tostado: mortandad de peces en el Salado

Distintos registros fotográficos de lectores de nuestro portal, dan cuenta de la crítica situación que se presenta en aguas del Salado en Tostado. El estancamiento, la falta de oxígeno y las altísimas temperaturas fueron los desencadenantes del triste panorama que se temía y que agudiza la crisis hídrica que se vive.

Ante la inquietud de nuestros lectores, recorrimos algunos de los sectores del río Salado en Tostado, que suelen ser transitados por los vecinos de la ciudad. Ya en el camping municipal, decenas de peces muertos en la superficie, revelan el crítico cuadro que se presenta, postal que se repite en el dique azud nivelador.

La ausencia de precipitaciones, el insignificante caudal del Salado y el corte del abastecimiento del recurso hídrico, dieron paso a la temida mortandad de peces, que repercute directamente en la calidad del agua, dando paso a la preocupante contaminación del río.

La historia se repite. Décadas tras décadas, el propio comportamiento del Salado, el incumplimiento de los acuerdos entre las provincias que regulan cuenca arriba la provisión de agua y hasta la equívoca atribución de adueñarse del recurso natural y federal, adecuando su curso a sus propias necesidades –priorizando el riego y consumo ganadero, al humano-, sumando ahora las temperaturas que superan los 40º C, llevan consigo la alarmante mortandad de peces que profundiza ya la instalada crisis hídrica que se padece.

La situación no pasó inadvertida por la Cooperativa de Agua Potable de Tostado que 10 días antes de lo que hoy se cuenta, dispuso interrumpir el bombeo desde el río a las represas, para cuidar la calidad de los reservorios, destinados al abastecimiento de la población.

Con el levantamiento del terraplén que obstruía el paso del agua a la altura de Selva,  Tostado aguarda por el esperado pulso de agua que podría destinarse a la limpieza del río, donde se dejaría fluir el agua para limpiar el cauce.

Mientras tantos, son las localidades del norte departamental, dependientes del canal a cielo abierto, la que aguardan a contra reloj la normalización del bombeo, ante la marcada reducción de sus reservas.