TOSTADO PRESENTE
La comunidad se solidarizó en beneficio de una familia
Es un matrimonio con cuatros pequeños. Viven a las afueras de la ciudad, sin energía eléctrica, sin servicio de agua potable, en una precaria habitación. La familia buscó la ayuda de la comunidad.
Parecería que no hay nada. Entre los pastos y un improvisado camino se ve una vivienda que se reduce a un único ambiente. En su interior vive un matrimonio de apellido Amarrilla con sus cuatros hijos –menores de 9 años-.
La rutina de la familia se vio interrumpida por el receso escolar, pero con expectativas los pequeños aguardan el lunes para poden concurrir a la Escuela Nº 680, a varios kilómetros de distancias, pero es donde lograr recibir el sustento diario, a través del comedor escolar. Al regresar, aguardan…
Ocurre que hace poco la familia intentó radicarse en alguna ciudad; vendiendo lo poco que tenían, partieron esperanzados de conseguir en otro lugar lo que en Tostado no logran encontrar: trabajo.
Golpeados por la realidad de los centros urbanos, los 6 integrantes volvieron a su ciudad natal, sin nada. Entre familiares lograron recuperar dos camas de una plaza, viejos y gastados colchones…solo eso.
La situación hizo que la familia acuda a este medio. Relatando anécdotas, el jefe de hogar reconoce sus errores, sus decisiones mal tomadas, y pide una oportunidad para brindar el bienestar que su familia necesita.
A comienzo de semana se conoció esta historia por medio de FM SOON y Canal 2, y como en tantas otras oportunidades, la comunidad no dio su espalda, sino que se hizo presente con la mejor de sus cualidades: la solidaridad.
Así fue como surgieron las donaciones, una cocina, colchones, y sobre todo ropa de abrigo para hacer frente a estas bajas temperaturas que se presentan.
“Estamos contentos, esto nos anima a seguir”, manifestó la madre de los cuatro niños, mientra los pequeños buscan entre las bolsas, algo de abrigo.
Sin dudas queda mucho por delante, vendrán los altibajos, y la desesperación de llegar a la noche sin sustento, de encontrarse el fin de semana sin alimento para los niños, pero al menos, los Amarrilla tienen renovadas esperanzas de que se puede mejorar, de que se trata de seguir intentando.
Agradecemos a quienes se muestran solidarios ante estas historias de vida, que aunque se piense que lo que se logra no es suficiente, o que no resuelve la situación, podemos decir que en los receptores de tal loable actitud, todo es diferente.
Gracias, otra vez y una vez más…gracias.